La violencia homicida que afecta a El Salvador cobró la vida de al menos quince personas el sábado, incluidos cuatro presidiarios, cifra superior al promedio diario de asesinatos que el país venía registrando en 2019, informó el domingo un portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC).
La fuente indicó que la cifra de muertes violentas registrada el sábado a nivel nacional es superior a la media diaria de 8,4 homicidios computados en 2019.
Entre estos asesinatos destacan los de cuatro miembros de la pandilla Barrio 18 facción Sureños al interior de la prisión de Quezaltepeque.
Las autoridades, que señalaron que estas muertes se dieron por una «purga interna», identificaron a las víctimas como Adrián Armando Meléndez, Jonathan Martínez, José Joel Méndez y José Ricardo García.
No es la primera vez que las autoridades registran la muerte de varias personas en esa cárcel, ya que en febrero de 2018 fueron asesinados cuatro miembros de la facción Revolucionarios del Barrio 18.
De igual forma, catorce reos resultaron muertos en agosto de 2015 a raíz de una purga en la estructura criminal y el hallazgo de los fallecidos se produjo cuando los guardias de la prisión realizaban el encierro rutinario de los reclusos.
Por otra parte, el portavoz de la PNC indicó que entre el 1 de enero y el 2 de marzo se registraron al menos 511 homicidios, frente a los 656 computados en el mismo lapso de 2018, lo que supone una reducción de 145 asesinatos.
De igual forma, el número de feminicidios se redujo en 17 casos al pasar de 79 en el citado período de 2018 a 62 en la actualidad, acotó la fuente.
Según analistas, las pandillas son uno de los principales problemas que el presidente electo, Nayib Bukele, deberá enfrentar tras tomar el poder el 1 de junio, dado que amenazan sus proyectos sociales.
El domingo, al menos doce personas fueron asesinadas, informó una fuente de la Fiscalía General de la República (FGR).
La fuente detalló que dos personas fueron asesinadas en una carretera de la localidad central de Guazapa, hecho que será procesado por la oficina de la FGR del municipio de Apopa.
Los cadáveres de las otras tres personas, dos hombres y una mujer, fueron encontrados en una zona rural del departamento de San Miguel y presentaban «lesiones de arma de fuego».
A estas muertes violentas se suman otras dos registradas en las localidades de Nahuizalco y El Rosario, las cuales fueron perpetradas con «arma blanca» y de fuego.
Otros asesinatos se llevaron a cabo en Zacatecoluca, La Paz y Usulután.
El Ministerio Público no detalló en ninguno de los dos casos las identidades de las víctimas, las circunstancias de los crímenes ni si están relacionados con las pandillas que asedian al país.
Según las autoridades de seguridad, la violencia homicida que afecta al país se cobró la vida de al menos 15 personas el sábado, cifra superior al promedio diario de 8,4 asesinatos que el país venía registrando en 2019.
Por otra parte, la fuente de la PNC indicó que entre el 1 de enero y el 2 de marzo se registraron al menos 511 homicidios, frente a los 656 computados en el mismo lapso de 2018, lo que supone una reducción de 145 asesinatos.
El Gobierno atribuye a las «maras» los índices de violencia de entre 103 y 50,3 homicidios por cada 100.000 habitantes registrados entre 2015 y 2018, cifras que ponen al país como uno de los más violentos del mundo.
Según analistas, las pandillas son uno de los principales problemas que el presidente electo, Nayib Bukele, deberá enfrentar tras tomar el poder el 1 de junio, dado que amenazan sus proyectos sociales.
