Los feligreses católicos de El Salvador comenzaron a regresar el domingo a los templos tras meses de ausencia, a raíz del cierre por la pandemia, entre medidas de bioseguridad para prevenir contagios del coronavirus SARS-CoV-2.
«Estar en el templo este día, como ser humano y espiritualmente, lo necesitábamos» dijo a periodistas Blanca Aguirre, una feligrés que asistió a misa en la Catedral Metropolitana de San Salvador oficiada por el arzobispo de la capital y principal jerarca del catolicismo cuscatleco, José Luis Escobar Alas.
Señaló que asistir al templo la ayuda a sentirse «fortalecida» y que durante los meses de cuarentena y de cierre de las actividades sociales solo pudo seguir los ritos católicos mediante las redes sociales.
Escobar indicó en una conferencia de prensa que esta reapertura de los templos es a nivel nacional y que se está haciendo «de manera ordenada y gradual, observando todas las normas de seguridad sanitaria».
Las autoridades eclesiásticas, con la venia del Ministerio de Salud, habilitaron una tercera parte de la capacidad de sus templos. En septiembre se dará paso a una segunda fase con la mitad de la capacidad y en octubre espera que los fieles asistan sin restricción de espacio.
«Todo el tiempo se usará la mascarilla y todas la demás medidas de bioseguridad» establecidas por las autoridades sanitarias, acotó el líder religioso.
Escobar lamentó que el país no cuente con ninguna normativa para regir la reactivación económica, que se dio de lleno desde el pasado 24 de agosto, a raíz de las confrontaciones entre el Ejecutivo de Nayib Bukele y la Asamblea Legislativa.
El Salvador acumula 25.635 casos confirmados de COVID-19, de los que 14.013 se han recuperado, 10.909 permanecen «activos» y 713 fallecieron.
Según las cifras del Ministerio de Salud, el país ha registrado una caída en la cifra de casos diarios confirmados, pasando de 449 el 9 de agosto a 98 el día 29 del mismo mes.