Al menos 300 personas que se encuentran bajo resguardo de las autoridades por violar la cuarentena decretada para frenar la propagación del coronavirus protestaron el lunes para exigir a las autoridades los resultados de sus pruebas y que les permitan su salida.
Unas 160 personas, que se encuentran retenidas en el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES), se movilizaron con los brazos en alto en el estacionamiento del recinto para denunciar que llevan más de 40 días encerrados, pese a que les hicieron pruebas el 26 de abril y no se las han entregado.
«Salimos al parqueo a presionar porque el doctor que está responsable, él está mintiendo desde las últimas semanas que él no sabe nada y sabemos si él es el responsable del centro debe estar bien informado qué es lo que está pasando», dijo a Reuters Pablo Pérez, un agricultor de 52 años.
Pérez dijo que en el centro de contención todo el grupo está estable de salud y que el equipo médico les toma la temperatura y les realiza consultas periódicas. La protesta, que se desarrolló pacíficamente, fue custodiada por agentes policiales.
Represión policial
Mientras tanto, en otro de los centros de contención, habilitado en el aparcamiento de una iglesia bautista Gamaliel en San Salvador, otro grupo de personas salió a las ventanas y terrazas para denunciar hacinamiento, condiciones inadecuadas y la falta de entrega de resultados.
«Las pruebas ya las hicieron, tenemos cinco días esperándolas. Son 48 horas las que pidieron para poder entregar la prueba, ya se pasaron el tiempo. Simplemente queremos estar con nuestra familia», gritó desde la ventana un hombre que no se identificó.
Armados con escudos y macanas, policías antidisturbios ingresaron al lugar, donde permanecen unos 200 internos, para prevenir una posible fuga, según testigos. Autoridades del gobierno no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios por parte de periodistas.
Ambas instalaciones forman parte de centros de contención donde permanecen 2,394 personas que supuestamente violaron la cuarentena obligatoria establecida por el presidente, Nayib Bukele, para evitar la propagación del virus, que hasta ahora ha infectado a 555 personas en el país y cobrado la vida 13.