P: ¿Los vegetales crucíferos son de verdad útiles en la batalla contra el cáncer?
R: No hay duda de que los vegetales crucíferos como el brócoli, la coliflor, las coles de Bruselas, así como los nabos y los vegetales de hoja verde oscura como la col rizada y la arúgula, son buenos para ti. Tienen un alto contenido de fibra, pocas calorías y muchos nutrientes, además de vitaminas C, E y K, folato y minerales.
Todavía se investiga extensamente si comerlos también ayuda a prevenir el cáncer, comentó Vandana R. Sheth, vocera de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos.
“Aunque los estudios en animales de laboratorio reportan ventajas importantes, como la protección del ADN y beneficios antiinflamatorios”, comentó, “los resultados de los estudios en humanos no son concluyentes”.
Todos los vegetales crucíferos contienen glucosinolatos, sustancias naturales que, al cortarlos, cocinarlos, masticarlos y digerirlos, se descomponen en compuestos biológicamente activos llamados isotiocianatos e indoles. En experimentos de laboratorio en ratas y ratones, se ha encontrado que estos compuestos inhiben el cáncer de vejiga, mama, colon, hígado, pulmones y estómago; protegen las células del daño a su ADN al inactivar los carcinógenos y disminuir la inflamación. También pueden ayudar a inhibir la formación de vasos sanguíneos y la migración de células tumorales, que son procesos que ayudan a diseminar el cáncer.
No obstante, los estudios en humanos han sido inconsistentes. Muchos estudios no han encontrado una asociación entre la ingesta de vegetales crucíferos y el cáncer de próstata, colon y recto, pulmones o seno. Sin embargo, otros estudios han descubierto que los hombres que ingirieron dietas altas en vegetales crucíferos presentaron un menor riesgo de desarrollar cáncer de próstata, y que las mujeres cuyas dietas eran ricas en estos vegetales tenían un menor riesgo de desarrollar cáncer de seno.
Un estudio holandés indicó que las mujeres que consumen una gran cantidad de vegetales crucíferos presentaron un menor riesgo de desarrollar cáncer de colon, pero no de cáncer rectal. Además, un análisis de un estudio de enfermeras encontró que las mujeres que comían más de cinco porciones a la semana de vegetales crucíferos tenían un menor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
La conformación genética de una persona podría ayudar a explicar la inconsistencia de los hallazgos. Hace poco, los científicos descubrieron que la mitad de la población no porta un gen que determina cuánto tiempo usa y retiene el cuerpo los compuestos protectores derivados de estos vegetales.
Los vegetales crucíferos contienen además otros compuestos protectores, como carotenoides, pigmentos vegetales que pueden controlar el crecimiento anormal de las células; vitamina C, que actúa como antioxidante y protege a las células además de ayudar al sistema inmunitario; y folato, que además de ayudar a mantener saludable el ADN, mantiene apagados los genes que estimulan el cáncer.
Los vegetales crucíferos no contienen almidones y son una buena fuente de fibra, además la revisión de las publicaciones por parte del Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer concluyó que las dietas altas en fibra dietética disminuyen “de forma convincente” el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal; que las dietas altas en vegetales que no contienen almidones “probablemente” reducen el riesgo de cánceres en boca, garganta y laringe; y que las dietas ricas en alimentos que contienen carotenoides “probablemente” reducen el riesgo de cáncer de pulmón, así como de cánceres de boca, garganta y laringe.
El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer explica que hay poca evidencia que sugiera que los vegetales sin almidón reducen el riesgo del cáncer de boca, garganta, laringe, esófago, y pulmones, así como los cánceres de seno con receptores de estrógeno negativos, y mucha evidencia de que la fibra disminuye el riesgo de cáncer de colon.
Sheth advirtió que es mejor obtener esos nutrientes de nuestra dieta en lugar de hacerlo a través de suplementos alimenticios, debido a que las cantidades excesivas de algunas vitaminas y carotenoides de hecho pueden ser nocivas. En tanto que una cantidad mínima de folato se asocia con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, estudios recientes han vinculado cantidades inusualmente elevadas de ácido fólico —que es como se encuentra en suplementos y alimentos fortificados— con un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
No obstante, nada puede salir mal si incorporas muchos vegetales crucíferos en tu dieta, comentó Sheth. “A fin de cuentas comer más vegetales nos hace bien”, concluyó.
Con información de The New York Times