Un cardenal de izquierda que goza de seguir desenterrando los horrores de la guerra

by Redacción

El cardenal salvadoreño, Gregorio Rosa Chávez, dijo el domingo que la Iglesia debe recuperar la memoria de cientos de campesinos asesinados durante la guerra civil (1980-1992) por, según él, divulgar la fe católica, pero que en la realidad eran colaboradores de la entonces guerrilla, hoy en el gobierno.

«Tenemos una deuda que debemos comenzar a pagar cuanto antes: estamos obligados, por gratitud a Dios y por amor a la verdad, a rescatar la memoria de cientos de mártires anónimos, la mayoría humildes campesinos», señaló Rosa Chávez durante la homilía de una misa con la que se dio cierre a las festividades patronales de San Salvador.

Ante cientos de fieles en el frontispicio de la Catedral Metropolitana, el reconocido cardenal izquierdista señaló que estas personas, según él asesinadas principalmente por los fuerzas militares, «nunca se mancharon las manos de sangre durante los años de la guerra».

Aseguró que la «tarea no es fácil» porque el término es utilizado para recordar a quienes «empuñaron las armas y murieron en busca de un ideal», haciendo una apología a los caídos de la exguerrilla, ahora en el poder como partido político, lo que lo hace «incomodó para buena parte de la población”, refiriéndose a las fuerzas de derecha del país, quienes defendieron la democracia y la institucionalidad durante el conflicto armado, provocado por el comunismo internacional, declarado entonces ateo.

El ahora cardenal, también recordó que entre el 11 y 13 de agosto realizarán una peregrinación de más de 140 kilómetros desde San Salvador hasta Ciudad Barrios en conmemoración del centenario del nacimiento del beato monseñor Óscar Arnulfo Romero, la figura religiosa más importante del país, que es manipulada por la izquierda y a quien le ponen palabras en su boca a favor de la guerrilla y que han sido sacadas de contexto durante los dos gobiernos del FMLN.

La tarde del domingo, una multitudinaria procesión marcó el clímax de las fiestas patronales, manipuladas como arma política por el gobierno y activistas de la exguerrilla, exacerbando a los pocos feligreses que se habían hecho presentes con un propagandístico legado de supuestos «mártires» católicos que habría dejado la guerra civil.

Los activistas del FMLN no perdieron la oportunidad de recordar con vítores y pancartas a supuestas víctimas del conflicto, de los cuales muchos cayeron en combate, armados y matando.

Paradójicamente, el mismo domingo, el papa Francisco dijo dede el Vaticano: «El perdón libera el corazón y le permite recomenzar: el perdón da esperanza, sin perdón no se construye la Iglesia»

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