Un adolescente miembro de la pandilla MS-13 que planeó el asesinato de cuatro muchachos en un parque de Long Island en 2017, fue sentenciado a 55 años de prisión.
Josué Portillo, al cumplir su sentencia (en 2072), tendrá que ser deportado a El Salvador, por su estatus de inmigrante.
Portillo se declaró culpable de ayudar a llevar a cabo un violento ataque en el Centro de Recreación de Central ISLIP, donde una docena de miembros de MS-13 rodearon y asesinaron a Justin Llivicura, Michael Lopez, Jorge Tigre y Jefferson Villalobos, con la esperanza de evitar una sentencia de muerte.
Portillo fue procesado como adulto a pesar que cometió el crimen cuando tenía 15 años y cumplió 18 el mes pasado.
Según el abogado defensor, Joseph Ryan, su cliente cometió un error porque era demasiado joven e inmaduro, argumento que los jurados en Estados Unidos ya no ‘compran’.
De acuerdo a documentos del gobierno y testimonios de la corte, Portillo tuvo una «disputa» con otro joven en una tienda 7/11. Luego, Portillo encontró al muchacho en Facebook, lo identificó ante los líderes de las pandillas de Long Island y pidió permiso para matarlo, lo que fue autorizado por sus ‘Capitanos’ (jefes). El objetivo fue un grupo de cuatro amigos – Llivicura, López, Tigre y Villalobos. La noche del ataque, el 11 de abril de 2017, la MS-13 usó a dos de sus ‘perras’ (niñas) para atraer a los jóvenes al bosque para fumar droga, luego los rodeó y los mató. Portillo ustilizó un machete para matar a López, que tenía 17 años en ese momento.
Las víctimas “Fueron lentamente ejecutados, apuñalados, cortados y golpeados hasta morir», comprobó ante el jurado el fiscal federal John Durham.
