Los productores de vino francés brindan por la ola de calor que aqueja a Europa

by Redacción

No todos se quejan por la excepcional canícula que azota Francia: en la región de Burdeos, las altas temperaturas son vividas como un momento «mágico» que mata los hongos y presagia una calidad superior en los vinos.

Todos se quejan de un calor sin precedentes desde 1947 para un mes de junio, con temperaturas venidas de África que llegan a los 40°C. Todos no, una pequeña región del sudoeste de Francia festeja. Para algunos, la canícula representa una promesa de hermosos racimos de uva y la protección contra el mildiú, un hongo nocivo que ama la humedad.

«Estamos cocinando el mildiú», se regodea Philippe Bardet, viticultor de la famosa denominación de origen Saint-Emilion, comentado la canícula.

«Dos o tres días de olas de calor en Burdeos, en esta época del año, es mágico», subraya el presidente de la comisión técnica del CIVB (Comité Interprofesional del Vino de Burdeos). Bardet recuerda con amargura el año pasado, cuando el hongo asoló en los viñedos de Burdeos.

«El mildiú es una enfermedad que hace estragos en la viña. No le gusta el calor. Es un hongo que necesita agua para desarrollarse, y temperaturas equilibradas, ni muy frías ni muy cálidas. Así que esta canícula es una buena contribución de la naturaleza. Es muy propicia», sostiene.

«Este pico de calor se produce a finales de junio, en momentos en que el racimo, aún en formación, podría haber sido afectado por el hongo. «En tres semanas, cuando las uvas empiecen a ponerse rojas, ya no serán sensibles a ello», se regocija.

Y como «la naturaleza está bien hecha», la vid «entendió que se quedaría sin agua y protegería sus uvas en lugar de producir hojas, y eso es muy bueno para la calidad».

Con este calor excepcional, «el riesgo (de mildiú) disminuye», añade Bernard Farges, presidente del sindicato AOC (Apelación de Origen Controlada) de Burdeos y Burdeos Superior, que reúne a 4.500 viticultores. En este momento, «la vid está sana. Es una planta mediterránea, le gusta el calor. Además, ha llovido recientemente. Su pie no está seco. A la vid le gusta», celebra.

Publicado originalmente en RFI

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