El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizó este viernes una sesión extraordinaria para considerar “la situación en Nicaragua” en el contexto de ataques a la Iglesia católica, y para aprobar una resolución presentada por Antigua y Barbuda y acompañada por Canadá, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Perú y Uruguay, que condena la persecución religiosa y la censura de prensa ejercida por Daniel Ortega.
La representación del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua se ausentó de este evento, en consecuencia con su decisión de retirarse de la OEA, lo que anunció en noviembre pasado, según informó el diario, de Nicaragua.
La resolución fue aprobada con 27 votos a favor de los Estados miembros, 1 en contra, 4 abstenciones y dos delegaciones ausentes, de un total de 35.
Entre sus aspectos más importantes, la resolución aprobada sobre Nicaragua establece lo siguiente:
“1. Condenar enérgicamente el cierre forzado de organizaciones no gubernamentales, así como el hostigamiento y las restricciones arbitrarias de organizaciones religiosas y de las voces críticas del gobierno y sus acciones en Nicaragua.
2. Reiterar su insistencia en que el Gobierno de Nicaragua libere de inmediato a todos los presos políticos, cese la persecución y la intimidación de la prensa independiente y garantice el ejercicio del derecho a la libertad de expresión.
3. Renovar el ofrecimiento del Consejo Permanente de trabajar con el Gobierno de Nicaragua para que se adhiera a las Cartas rectoras de la OEA y restablezca la institucionalidad democrática y el respeto a los derechos humanos en Nicaragua, de acuerdo con el derecho internacional”.
Vista del pleno del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington (EEUU) (EFE/Lenin Nolly)
Se trata de uno de los momentos más tensos entre la Iglesia católica y el régimen nicaragüense desde que la histórica imagen de la Sangre de Cristo de la Catedral de Managua fue calcinada el 31 de julio de 2020 en un acto que el papa Francisco calificó de “atentado”, mientras que las autoridades lo clasificaron como un accidente.
Persecución, allanamientos, cárcel, cierre de medios de comunicación católicos y exilio de religiosos son algunas de las acciones oficiales represivas que enfrenta la Iglesia, en medio de la crisis que vive el país desde 2018, cuando se produjeron protestas masivas contra el régimen de Ortega.
“La Iglesia católica es la (institución) más creíble, de confianza y credibilidad en la población. El sitio al obispo Álvarez es un episodio más en el forcejo y represión que Ortega y (su esposa y vicepresidenta, Rosario) Murillo están ejerciendo para que se pliegue a sus posiciones”, dijo a la agencia AFP la socióloga Elvira Cuadra.
“Tienen una relación de confrontación abierta contra la iglesia desde 2018 y antes, en 2014, cuando la Conferencia Episcopal (CEN) hizo pública una carta que contenía puntos fuertes sobre la institucionalidad y rumbo del país. Esa carta fue ignorada y molestó mucho a Ortega”, recordó Cuadra.
Ortega, un ex guerrillero de 76 años, gobierna desde 2007 y es acusado de corrupción y nepotismo por sus rivales, lo cual él niega al asegurar que está restituyendo derechos que fueron quitados a los nicaragüenses durante los gobiernos neoliberales que les antecedieron.