La Iglesia católica del país exigió al Estado buscar soluciones a la alarmante violencia que abate al pueblo salvadoreño.
El arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, advirtió en conferencia de prensa que para terminar con la violencia no basta “la represión… hay que desarrollar las zonas más pobres” del país.
“Esta situación es más que preocupante, es muy grave, y por tanto exigimos que se busque la solución concreta y a fondo de la problemática”, manifestó el prelado.
La jerarquía de la Iglesia católica salvadoreña también emitió un comunicado de prensa en que expresó su preocupación por la violencia que se vive en el país, donde en las últimas semanas se ha registrado un incremento de homicidios y enfrentamientos armados entre las fuerzas de seguridad y pandillas.
“Exhortamos al Estado y a la sociedad salvadoreña a trabajar urgentemente por la solución de las causas de esta problemática que además de la persecución del crimen se combata la injusticia, que se erradique la exclusión social la idolatría del dinero y la impunidad, puesto que son estas las grandes causas de la situación violenta que vivimos”, se lee en el comunicado.
Escobar indicó que los planes de seguridad implementados por el gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén “han fallado últimamente y que no se ha conseguido lo que se perseguía”, pero dijo que siendo justos y honestos, los gobiernos anteriores, desde la firma de los Acuerdos de Paz de 1992, también han fracasado en el combate a la delincuencia.
Visiblemente preocupado, el prelado añadió que “lo que nosotros como ciudadanos comunes vemos es que nunca se ha querido solucionar el problema de verdad”.
El arzobispo aseveró que ha llegado el momento de un acuerdo de nación y buscar la solución no solo con medidas represivas o de persecución del crimen, y que es necesario ir más a fondo y descubrir las verdaderas causas de esta situación.
Pidió que se trabaje en desarrollar las zonas más pobres del país, las que aseguró “son víctimas de la mayor violencia, ofreciendo en ellas oportunidades de estudio y de trabajo para todos. Solo así vamos a superar esta terrible flagelo de la violencia fratricida que vivimos”, sentenció.
Las pandillas han aumentados sus acciones de violencia incluso contra elementos de la policía, de la fuerza armada y los custodios de las prisiones. En lo que van del año han asesinado a 39 miembros de la policía, 21 efectivos de la fuerza armada y tres custodios de las cárceles, la mayoría cuando estaban de licencia.