El presidente de la República, Nayib Bukele, lanzó una ofensiva frontal contra los políticos y analistas de oposición que critican algunas acciones enmarcadas en locales que presuntamente quieren dejar en libertad a los pandilleros.
El equipo de propaganda del mandatario lanzó un mensaje de video atribuido al gobierno y fue reproducido por manejadores políticos de mensajes del gobierno, como Porfirio Chica y fue en el medio oficial de propaganda Diario El Salvador.
En el material difundido en redes sociales, el presidente asegura que hay políticos que pretenden que las cosas vuelvan a ser como antes, cuando las pandillas gobernaban en emplias zonas delpaís desde las sombras.
“¿Recuerdas esto? Hace apenas unos años vivíamos prisioneros de los pandilleros en nuestras comunidades. Vivíamos presos, con miedo, a merced de sus caprichos criminales”, dice el mensaje publicado.
“Ahora son ellos los que están en prisión, y seguirán ahí por décadas, hasta que paguen por todos sus crímenes”, resaltó Bukele.
“Pero hay políticos y opositores que quieren dejarlos en libertad para volver al pasado… ¿lo vas a permitir?”, agregó.
Recientemente, en declaraciones a periodistas, el académico e investigador Óscar Picardo, director del Instituto de Ciencias, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia, abordó el tema de la manipulación mediática en el mensaje gubernamental.
La oposición política del país, los países cooperantes y las instituciones internacionales relacionadas con los Derechos Humanos, han manifestado dudas sobre la actual política de seguridad del Gobierno Bukele y no la respaldan aduciendo que todo reo debe tener derecho al debido proceso.
Políticos y críticos del régimen de excepción forzado sobre la población como parte del Plan Control Territorial, han explicado en entrevistas y mensajes en redes sociales que en ningún momento se pretende dar la libertad a los pandilleros, pues deben pagar la culpa que determinen las leyes del país, pero en procesos apegados a la Justicia y al Derecho.
El ocultamiento de la información sobre los privados de libertad ha llegado a tales dimensiones que hay familias que han tenido que reconocer a sus familiares que estaban detenidos bajo la responsabilidad del Estado en fosas comunes, pues las autoridades nunca les informaron que murieron mientras estaban detenidos, culpables o no.
