Mientras opositores hondureños mantienen protestas en el norte del país para repudiar la declaratoria de triunfo electoral del presidente Juan Orlando Hernández, los Estados Unidos de Norteamérica indicaron que aceptaría el resultado.
Hernández ha dicho en su cuenta de Twitter que militares y la policía «deben actuar de manera contundente» contra los bloqueos de carreteras, «respetando el derecho que tiene cada ciudadano a protestar».
Entre tanto, el derrotado candidato izquierdista Salvador Nasralla, que regresó el miércoles a Tegucigalpa desde Washington, donde se reunió con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y funcionarios del Departamento de Estado para presentar pruebas del presunto fraude, se quedó con un palmo de narices.
Según Nasralla, Almagro propone nuevas elecciones, pero una fuente del Departamento de Estado estadounidense dijo que «no hemos visto nada» en las elecciones que altere el resultado final que dio el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que dio como ganador al presidente Hernández.
La intención de Washington es dar por válido el resultado electoral, como lo hicieron ya los gobiernos de España, Colombia, Guatemala, Israel y Taiwán.
España «da la bienvenida al anuncio de resultados electorales llevado a cabo por el Tribunal Supremo Electoral […] que ha proclamado al presidente Juan Orlando Hernández ganador de las elecciones presidenciales», expresó el Ministerio de Exteriores en un comunicado.