El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, propuso en un encuentro con el presidente hondureño Juan Orlando Hernández una cumbre de los países del llamado Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) con Colombia, México y EE.UU. para tratar la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
La reunión se realizó en la caribeña ciudad de Cartagena de Indias, un día después del Primer Foro Mundial de Productores de Café, llevado a cabo en la ciudad cafetera de Medellín.
Por su parte, el presidente de Honduras aseguró que una Mesoamérica próspera y en paz «es el mejor negocio para el pueblo estadounidense».
«Quiero pedirle, como lo hablamos ayer, que sigamos en esta dinámica, estrechando relaciones con Honduras y el resto de la región», dijo Hernández a Santos.
Hernández se reunió con Santos en Cartagena para conocer de primera mano los avances en la construcción de un buque encargado al astillero colombiano Cotecmar.
El mandatario centroamericano coincidió en que es «fundamental» esa reunión propuesta por Santos con México, del que dijo que le «alegra que esté a bordo», porque «Colombia siempre lo estuvo».
Asimismo, comentó que espera que EE.UU. mantenga el compromiso «que ya aceptó», puesto que «este es un tema de responsabilidades compartidas pero diferenciadas».
Acerca de la seguridad, se mostró satisfecho de los progresos que ha hecho Honduras, puesto que el país recientemente fue calificado «como el más violento en la Tierra».
«De igual manera, hoy Honduras goza de un clima macroeconómico promisorio, tenemos evaluaciones de riesgo-país de las mejores de nuestra historia con un 4 % de actividad económica creciente», detalló.
En su opinión, eso se traduce en empleo, inversiones, más ingresos y en que Honduras avance.
«Quiero reconocer aquí que hemos aprendido de la experiencia colombiana», destacó Hernández, quien subrayó que fue clave empezar «por buscar, recuperar la paz y la tranquilidad, iniciando una lucha sin tregua contra el crimen organizado».
El mandatario también dijo que había «una situación de deterioro tal que para muchos hondureños no había esperanza».
Según concluyó, el objetivo «es que la gente viva en paz y tranquilidad, que viva segura, y alegre».