Diputados de la Asamblea Legislativa pospusieron nuevamente la aprobación del Presupuesto General de la Nación 2018, que, de haber estado balanceado y ser legal, debió ser sacado adelante el pasado año.
Los parlamentarios fueron convocados este miércoles a las 09.00 am para una sesión extraordinaria en la que supuestamente sería aprobado el presupuesto, pero se decretó un receso, sin que ni siquiera hubiese comenzado, de más de 5 horas y la plenaria se reanudaría a las 14.00.
Las 5 horas de espera se convirtieron en 9, mientras periodistas aguardaban pacientemente que los legisladores llegaran a algún acuerdo, que no se alcanzó.
El presidente de la Asamblea Legislativa, Guillermo Gallegos, aseguró en comparecencia ante la prensa en la reanudación de la sesión que «hay un acuerdo entre las diferentes fracciones políticas, el cual se mantendrá así, pero el dictamen será discutido y aprobado hasta el viernes a las 8.00».
Gallegos señaló que «se está terminando de elaborar el documento para ser discutido el viernes», ya que «mañana no se puede realizar la sesión por las diferentes actividades que tienen los partidos políticos programadas», por la campaña electoral de diputados que se inició este miércoles.
La negativa del oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de balancear el presupuesto, no impidió a los legisladores irse de vacaciones de Navidad.
La necesidad del oficialismo de contar con suficientes fondos para “comprar” los votos que le garanticen una mayor cuota de poder en el Legislativo no ha permitido que se hagan los recortes en el gasto público para 2018, lo que mantiene el Presupuesto desbalanceado.
Todo esto ocurre en plena campaña para las elecciones legislativas y municipales, que se celebrarán el próximo 4 de marzo, lo que debería ser un aliciente para sacar adelante los intereses del pueblo salvadoreño.
El proyecto del Presupuesto General de la Nación para 2018, cuyo monto asciende a 5.520,5 millones de dólares, fue presentado al Congreso por el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, el pasado 29 de septiembre, pero no logró los votos necesarios por ser ilegal y no contar con el financiamiento necesario, con la principal oposición de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que pide se regulen los gastos y reduzca el estipendio desmedido del Ejecutivo.
El presupuesto debió ser aprobado el pasado 22 de diciembre durante la última sesión plenaria de 2017 o, a más tardar, el 23 de ese mes en una asamblea extraordinaria.
En diversas ocasiones, el Ejecutivo pidió que se aprobará el presupuesto de 2018 para evitar una supuesta crisis financiera en el próximo año y caer nuevamente en impago, lo que ha sido probado es una estratagema para mantener el gasto desmedido y la compra de las voluntades electoreras.
En abril pasado, el Gobierno cayó en el impago de la deuda con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) por la falta de acuerdos entre el oficialismo y la oposición para emitir bonos y saldar el pago.
Para saldar el impago, las fracciones del Congreso que trabajan de la mano con el oficialismo autorizaron posteriormente recortes, de acuerdo con el Ejecutivo, al Presupuesto General y las áreas más afectadas fueron las de Seguridad, Educación, Salud y Medio Ambiente.
Este es el segundo año consecutivo en que los diputados de la Asamblea Legislativa toman el receso de Navidad y de fin de año y dilatan la aprobación del presupuesto.
El Presupuesto General de la Nación de 2017 fue aprobado el 18 de enero del año pasado, debido a desacuerdos entre el principal partido de oposición y el Gobierno del país centroamericano. En esa ocasión, la oposición representada por ARENA confió en una serie de acuerdos con el gobierno Salvador Sánchez Cerén, pero todos los acuerdos fueron incumplidos por la izquierda en el gobierno, lo que ha minado la confianza en los compromisos que adquiere el gobierno efemelenista.
