El debate de este año tendrá a líderes internacionales que se estrenan en ese foro, como el estadounidense Donald Trump, pero también habrá notables ausencias, como la del ruso Vladimir Putin y la del chino Xi Jinping, que sí estuvieron en la edición de 2015.
Tampoco se espera al presidente cubano, Raúl Castro, que se estrenó hace dos años, coincidiendo con el 70 aniversario de la creación de la ONU.
La ONU ha fijado como tema de los debates de alto nivel de este año el de dar prioridad a las necesidades de la población, así como favorecer la paz y «una vida digna para todos en un planeta sostenible».
El tema, sin embargo, es raro que pueda ser mencionado en los discursos de los gobernantes, que suelen dedicar sus intervenciones a hablar de la agenda internacional y, en la mayoría de los casos, a destacar los puntos favorables de su gestión.
A no ser que haya alguna ausencia de última hora, la presencia de 126 gobernantes en la Asamblea General indica que el 65 % los países miembros de la ONU participarán con el máximo nivel político.
Las intervenciones en este debate forman la parte central de las actividades que se desarrollan esta semana en la ONU y que incluyen decenas de reuniones paralelas, algunas de ellas al máximo nivel, para repasar los temas más acuciantes de la agenda mundial y las metas a largo plazo de Naciones Unidas.
El debate empezará a partir de las 10.00 hora local (14.00 GMT) con mensajes de Guterres y del presidente de la Asamblea General, el eslovaco Miroslav Lajcak, que asumió esas funciones el 12 de septiembre y estará al frente del órgano un año.
De acuerdo con una tradición que se mantiene desde 1947, Brasil comenzará el turno de intervenciones de cada nación y en esta ocasión lo hará su presidente Michel Temer, que ya se estrenó en este foro el año pasado.
Después de Temer le tocará el turno a Trump, quien se encuentra desde el domingo en Nueva York tanto para participar en este debate como en las reuniones internacionales y bilaterales que mantendrá mientras esté en esta ciudad.
El programa provisional indica que para este año se espera una fuerte presencia de gobernantes latinoamericanos: Colombia, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, Bolivia, Honduras, Panamá, Paraguay, Ecuador, Chile y El Salvador.
Argentina estará representada por su vicepresidenta, Gabriela Michetti, y el resto de las naciones latinoamericanas, así como España, tendrán presencia a nivel ministerial.
Al debate de alto nivel, que se prolongará hasta el lunes próximo (con descanso el domingo), no llegará este año la líder de facto del Gobierno birmano y Nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, cuya asistencia sí estaba anunciada previamente.
Según se informó oficialmente, Suu Kyi, que es consejera de Estado y ministra de Exteriores, se quedará en su país para seguir de cerca la crisis que afecta a la comunidad musulmana rohinyá, un tema que viene generando gran preocupación en Naciones Unidas.
La ONU también está alarmada por las amenazas nucleares de Corea del Norte, pero ese país, igual que en otras ocasiones, estará representado por su ministro de Exteriores, Ri Yong-ho.
Y Venezuela, como ya hizo en 2016, estará representada este año por su ministro de Exteriores, Jorge Arreaza, que este año reemplazará en la tribuna de más relieve mundial a su predecesora, Delcy Rodríguez.
Entre los participantes de esta edición figurará, una vez más, el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, de 93 años, el líder más veterano de los que participan en el debate de alto nivel y que lleva desde 1987 como jefe de Estado de esa nación africana.
Con información de EFE