El coronavirus que acorraló a la humanidad

by Redacción

Empezamos 2020, como todos, sin saber lo que se nos venía encima. Aun así arrancamos el año con dos recordatorios de gran importancia en el contexto actual: que hasta los nobeles se equivocan y que es importante retractar artículos científicos. El artículo, firmado por el investigador de la Universidad de Aveiro (Portugal) Manuel Souto resultaba profético en un año en el que la humildad epistemológica ha brillado por su ausencia y cuando llevamos la cifra récord de casi 85 000 artículos publicados sobre la covid-19. ¿Cuántos preprints serán aprobados? ¿Cuántos papers malos serán retractados?

La investigadora de la Universidad del País Vasco Marta Macho también se adelantó a los acontecimientos al compartir con nosotros la historia de Isabel Zendal, “la madre de todas las vacunas”, una de las muchas mujeres que a la historia de la ciencia le cuesta recordar. Su trabajo sirve de recordatorio del enorme esfuerzo que ha supuesto la vacunación masiva contra enfermedades tan temibles como la viruela: aunque hoy resulte reciente, la lucha contra la covid-19 será solo una más en la guerra contra las enfermedades infecciosas.

Los otros

Ha sido un año de infoxicación, bulos y también otredad. Este concepto tiene una gran relevancia en las pandemias: los otros pueden ser los homosexuales si hablamos de sida o los chinos, italianos e ingleses al referirnos al coronavirus. La investigadora de la Universidad de Oviedo Elena Avanzas analizaba cómo las crisis sanitarias favorecen la discriminación de quienes se perciben como infectados, mientras alienta una falsa de sensación de seguridad al pensar que los nuestros están sanos.

El SARS-CoV-2 es un virus nuevo del que no habíamos oído hablar hace un año. Hoy somos optimistas gracias al inicio –en tiempo récord– de las campañas de vacunación contra la covid-19. Sin embargo, los investigadores de la Universidad Miguel Hernández Enrique Perdiguero y Rosa Ballester nos dieron una visión realista sobre la erradicación y eliminación de enfermedades infecciosas desde una perspectiva histórica. Para saber si el coronavirus se une al club de la malaria o al de la viruela habrá que esperar.

Sin embargo, los virus son mucho más que simples patógenos. Aunque uno de ellos haya logrado cambiar nuestra vida, en realidad no estaríamos aquí si no fuera por ellos. De hecho, son el motor evolutivo más importante de la naturaleza. La investigadora del CSIC Ester Lázaro defendió en un artículo la injusta mala fama que tienen: el SARS-CoV-2 nos ha causado muchos problemas pero, a lo largo de nuestra historia como especie, los virus han contribuido a hacernos humanos.

Una persona con un buzo blando, de espaldas, ante un edificio de viviendas.

Contar y contextualizar

En The Conversation hemos intentado contar y contextualizar una pandemia repleta de incertidumbres y evidencias cambiantes. También aportar información de servicio público sobre temas que nos han confundido y preocupado tanto como las mascarillas y las vacunas. Como muestra, los investigadores Blanca Lumbreras y Salvador Peiró nos explicaban la diferencia entre cada tipo de test y avisaban de que son pruebas imperfectas que requieren la interpretación adecuada.

La pandemia es un problema global que requiere soluciones globales. Estas deben encontrar un delicado equilibrio entre factores como la economía, la salud y el medioambiente. Un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña intentó tener en cuenta esa difícil balanza en un tema tan polémico como el de las mascarillas: la mejor no es la que mejor protege, sino la que tiene en cuenta el contexto de su uso y, también, el coste que supone para el planeta.

Un planeta, una salud

2020 también podría suponer el inicio del fin de las granjas de visones. Es lo que se preguntaba la investigadora del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria Elisa Pérez en septiembre al mismo tiempo que defendía la necesidad de implementar estrategias One Health, cuya importancia la pandemia ha subrayado. Desde entonces, numerosos brotes entre estos animales ha obligado a sacrificar millones de ejemplares en todo el mundo ante el creciente temor a que el SARS-CoV-2 encuentre nuevos reservorios en los que esconderse y mutar mientras nosotros tratamos de evitar la infección.

Este año ha sido difícil para todo el planeta, pero las investigadoras han sido un sector especialmente afectado por la pandemia y los confinamientos. La investigadora de la Universidad de Deusto Lorena Fernández compartió los motivos por el que las mujeres pueden no querer escribir en The Conversation y las animamos a hacerlo. Esperemos que en 2021 puedan hablar de cómo la ciencia acerca aún más la luz al final del túnel de la pandemia.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.

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