Los Angeles Lakers lograron anoche uno de esos triunfos que recordarán a finales de curso. La victoria ante Utah Jazz por 101 a 95 fue vital, no solo por el resultado sino por las sensaciones. Un soplo de aire fresco para los angelinos, cuya suerte parecía pender de un hilo.
Esta vez los Lakers de Frank Vogel salieron enchufados desde el primer momento. Un primer cuarto parejo dio lugar a un segundo periodo en el que LeBron y los angelinos empezaron a imponer su ley. El parcial les permitió llegar al descanso con 6 puntos de ventaja.
La diferencia en el marcador no fue suficiente para amedrentar a los Jazz que con un acertado Mike Conley remontaron y colocaron su propia distancia de 6 tantos en el mercador tras tres cuartos.
Era la hora de las estrellas. Russell Westbrook, versión vintage, dejó destellos de aquel jugador que fue. No cuajó su mejor encuentro (15 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias) pero anotó dos canastas clave para sellar el triunfo.
Un mate descomunal ante Gobert que sirvió para envalentonar y enchufar a los suyos y un dos-más-uno en transición con poco más de un minuto restante que terminó de sentenciar a los Jazz.
Pese a todo, el líder volvió a ser una vez más LeBron James. El Rey está en un estado de forma sensacional, cuajando un mes de enero impropio de un jugador de su edad.
Anoche sumó 25 puntos más, junto a 7 capturas y 7 pases de canasta. La dirección de James propició la remontada final de Lakers, aupados también por una aportación fantástica del banquillo angelino.
Stanley Johnson, ya firmado para todo el curso, se reivindicó con 15 puntos rápidos (7/9 en tiros) en un momento clave. Su +18 en pista se sumó al de Malik Monk, Austin Reaves y Talen Horton-Tucker. Los cuatro fueron, junto a LeBron, los grandes salvadores del encuentro.
Los Jazz en cambio se dejaron remontar sin que Quinn Snydertuviera margen de maniobra. El +13 de Royce O’Neal choca con el -10 de Rudy Gobert o el -17 de Jordan Clarkson. Una diferencia muy dispar entre jugadores para un encuentro muy inestable.
