El que lo recibe puede volverse célebre y rico. El Premio Nobel es el laurel más codiciado del mundo de la literatura. El año pasado se lo llevó el británico de origen japonés Kazuo Ishiguro. Antes fue para el músico Bob Dylan, a quien precedió la bielorrusa Swetlana Alexandrowna Alexijewitsch. De cuando en cuando, la elección del galardonado o galardonada ha sido controvertida. Pero la Academia Sueca nunca había recibido tantas críticas como ahora. Y nunca habían sido tan fundadas.
Dinero, divulgación de secretos y acoso sexual
Se trata de corrupción, abuso de poder y acoso sexual. Katarina Frostenson, miembro de la Academia, habría conseguido subvenciones para una organización cultural de su pareja, además de revelar los nombres de siete candidatos al galardón prematuramente. Su marido, Jean-Claude Arnault, ha sido acusado por varias mujeres de acoso sexual. El escándalo ha sido tremendo y ha sacudido a la venerada institución.
Entre tanto, tras la retirada de tres miembros por el caso, además de la escritora acusada, la secretaria permanente de la Academia Sueca, Sara Danius, presentó este jueves (12.04.2018) su dimisión. Así, la Academia se queda con solo once miembros (entre ellos escritores, académicos de la literatura e historiadores), lo cual impide que tome decisiones. Según sus estatutos vigentes, tienen que sentarse al menos doce personas a la mesa para poder elegir a un nuevo miembro.
También en el Palacio del Rey han sonado las alarmas y el rey Carlos Gustavo se plantea tomar cartas en el asunto. Aunque un poco tarde. La cuestión es que los 18 miembros de la Academia son elegidos de por vida. No pueden dejar su puesto prematuramente, al igual que este no puede ser tomado por otra persona. El monarca promete ahora una revisión de los estatutos. Algo urgente y necesario, en interés de la literatura.
¿Habrá premio en 2018?
¿Cuán rápido podría hacerse tal reforma? El escándalo ya ha desbordado el calendario de la Academia y del comité responsable de la elección del Nobel. En este momento, los expertos de la Academia reflexionan sobre centenares de posibles ganadores del Nobel de Literatura de 2018. Pero no está claro que vayan a tener tiempo de encontrar a esa persona para octubre, ni si podrá otorgársele la distinción el 10 de diciembre, día de la muerte de Alfred Nobel.
El jurado del premio Nobel siempre ha sufrido presiones, bien por política o bien por cuestión de cuotas. Sin olvidar la aritmética continental o las razones estéticas. Pero el Premio Nobel de Literatura tiene -y en esto hay consenso- un lugar inamovible en el ámbito de la cultura. Ponerlo en peligro sería una negligencia.
Autor: Stefan Denge (EAL/ERS) publicado en Deutsche Welle