El Salvador «necesita» un modelo de inversiones redistributivas para alcanzar un crecimiento económico superior al 2.4 %, que ha sido el aumento promedio en los últimos años, señala una investigación de la jesuita Universidad Centroamérica, UCA.
Las inversiones redistributivas son aquellas que buscan transferir recursos (ingresos o riqueza) de un grupo a otro dentro de la sociedad para mejorar el nivel de bienestar de las familias de bajos ingresos, explicó el investigador Daniel Serrano del Departamento de Economía de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA).
Serrano explicó que «El Salvador puede transitar a un escenario de desarrollo más dinámico y sostenible en donde se requiere una estrategia que permita que sus fuerzas productivas – es decir, los medios de producción y la fuerza de trabajo – puedan desarrollarse de una forma más equilibrada y proporcional».
Bajo un enfoque de fuerzas productivas a través de un modelo intersectorial, El Salvador «requiere inversiones redistributivas y de reestructuración en la fuerza de trabajo por un monto de 550.4 millones de dólares».
«Si se desea alcanzar un crecimiento del 8 %, se requiere inversiones de reproducción ampliada en la fuerza de trabajo por un monto de 1.852 millones de dólares, que es necesario para aumentar la cobertura de su valor y además lograr la proporcionabilidad de las fuerzas productivas en la economía nacional y superar el crecimiento promedio de 2.4 %», dijo el académico durante la presentación de una investigación sobre la situación económica y social del país, la semana pasada.
Enfatizó en que «es necesario un enorme compromiso social en el que las empresas, las personas trabajadoras y el Estado garanticen que se realice una redistribución productiva del excedente de la economía para mejorar el bienestar de las familias trabajadoras».
Por el lado del Estado, amplió, «su implicación recae en la política fiscal».
Según datos del Banco Central de Reserva y del Ministerio de Hacienda, para 2019, «considerado el año normal antes de esos años de crisis sanitaria e inflacionaria», el Estado realizó inversiones por 1,002,69 millones de dólares que son inferiores a los 1,852 millones que necesitaba para «mejorar el bienestar de las familias trabajadoras y de alcanzar un crecimiento del 8 %», señaló.
Por su parte, Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social de la UCA, indicó que actualmente el contexto de incertidumbre mundial – como la crisis inflacionaria provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania – «tiene correlación en la realidad» salvadoreña.
Pero, agregado a esto, apuntó que «hay una crisis económica innegable, aun cuando se diga lo contrario».
El Banco Mundial (BM) ajustó la perspectiva de crecimiento de la economía de El Salvador de un 2,3 % previo, dado en junio pasado, a un 2.8 %, según un informe de la organización especializada en finanzas divulgado a comienzos de octubre pasado.
Las ´perspectivas de crecimiento para la región´, indicadas en el informe ´Conectados: Tecnologías digitales para la inclusión y el crecimiento´, apunta que la economía salvadoreña crecerá 2.8 % en 2023 y 2.3 % en 2024.
Pese al ajuste al alza, los datos de El Salvador se mantienen como los más bajos de Centroamérica para 2023 y 2024.