El Tribunal Supremo Electoral salvadoreño anunció el viernes que con el 99,1% de las actas de votación escrutadas el presidente Nayib Bukele obtuvo la reelección con 84,6% de los votos, de tan sólo un 52% de los salvadoreños que asistieron a las urnas el pasado domingo.
Poco menos la mitad de los salvadoreños habilitados para emitir el voto decidieron no apoyar a Bukele ni a alguno de sus opositores.
Según el escrutinio final en segundo lugar quedó Manuel Flores, del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), con 6,4%, informó a periodistas el juez Noel Orellana en la sede de ese tribunal.
Joel Sánchez de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) se ubicó en la tercera posición con 5,5 %; seguido del excapitán del ejército Luis Parada, de Nuestro Tiempo, con 2,3%; Javier Renderos, de Fuerza Solidaria, con 0,7 %, y Marina Murillo, del Frente Patriótico Salvadoreño, con 0,6%.
De acuerdo con el escrutinio, el 52,1% de los salvadoreños aptos para ejercer el sufragio en el país y en el exterior ejerció el voto. El resto no llegó a las urnas ni votó por internet.
La victoria de Bukele confirmó los pronósticos de todas las encuestas.
Un segundo mandato inconstitucional
Bukele asumirá su segundo mandato de 5 años el 1 de junio y lo logra a pesar que la Constitución de la República prohibe la reelección en al menos seis artículos.
El mandatario goza de una alta popularidad apalancada en su campaña en el combate a las pandillas y mintió a los salvadoreños en cadena nacional de radio y televisión y con una millonaria campaña de propaganda de Estado que si su partido no ganaba las elecciones presidenciales y legislativas se ponía en riesgo la guerra contra estas organizaciones criminales.
Pese a los constantes cuestionamientos de partidos políticos y organismos defensores de los derechos humanos a su candidatura —por contravenir la prohibición constitucional que impide la reelección inmediata— Bukele logró que una justicia impuesta por él habilitara su candidatura.
“Nunca un proyecto había ganado con la cantidad de votos que hemos ganado este día. Es literal, el porcentaje más alto de toda la historia”, dijo Bukele a sus seguidores desde el balcón del Palacio Nacional, pocas horas después del cierre de las elecciones y sin que hubiesen datos oficiales.
Bukele aseguró que Nuevas Ideas había ganado 58 de los 60 diputados de la Asamblea Legislativa, un punto clave, según él, para mantener el régimen de excepción y su política de seguridad centrada en la suspensión de los derechos ciudadanos.
Se espera que en las próximas horas el Tribunal Electoral inicie el escrutinio final de la elección de diputados, al que le ha ido dando largas ante muchas irregularidades denunciadas por la oposición, observadores y ciudadanos que sienten que su derecho a elegir ha sido vulnerado.
Las irregularidades que empañan el triunfo oficialista
La confirmación de la victoria de Bukele se complicó debido a que falló el sistema de transmisiones que sólo permitió que 6.015 actas de la elección presidencial fueran digitalizadas, quedando pendientes 2.547. El Tribunal ordenó que se iniciara un escrutinio final para revisar todas las actas y contar voto por voto.
Según voceros de oposición, en muchas de las cajas electorales no se encontraron actas con las respectivas firmas y sellos y a los partidos contendientes no les dieron copias de estas, pero, sin mayor explicación, la Fiscalía y el partido oficial Nuevas Ideas si aparecieron con copias. El TSE avaló usar las de la Fiscalía aunque no tuviesen firmas ni sellos. Ante este panorama partidos políticos han denunciado que no hay garantías que respalden el proceso.