Tiangong 1 es la estación espacial china que mantiene en vilo a las agencias espaciales de todo el mundo. Su descenso descontrolado hacia la Tierra despertó las alarmas en cada rincón del planeta. En principio se preveía que el reingreso se produciría entre el 31 y el 1º de abril, pero según nuevas proyecciones su caída se ralentizó: el Instituto Espacial de Astronomía de Corea del Sur anunció que entrará en contacto el lunes entre las siete de la mañana y las tres de la tarde, hora universal.
La previsión de la agencia espacial surcoreana fue confirmada por las entidades chinas. El sábado, la agencia espacial había calculado que podría entrar en contacto con la atmósfera en un plazo comprendido entre las cuatro de la madrugada y las cuatro de la tarde del lunes. El domingo estrechó la ventana de su precipitación, de acuerdo a las proyecciones de su descenso y de su lento acercamiento.
La Agencia Espacial China (CNSA) había asegurado en enero que la reintroducción de la estación sería controlada y que no merecerá una amenaza para el medio ambiente ni para la población. El organismo explicó que el instrumento se quemará al ingresar a la atmósfera y que sus fragmentos caerán en un área designada del mar. Un ingeniero de la CNSA aseveró que su descomposición no pondrá en peligro la superficie terrestre.
La Agencia Espacial Europea (ESA), que también vigila el movimiento del Tiangong 1 (palacio estelar, en chino) argumentó que su caída adoptó un desplazamiento lento por una meteorología espacial más pacífica. Mientras que China augura un desenlace limpio con el módulo desintegrado por el proceso de fricción con la atmósfera, algunas agencias espaciales pronunciaron su desconfianza y su temor por la incertidumbre del devenir de la estación espacial de origen chino.
Así como crecen las dudas sobre cuándo se producirá su ingreso a la Tierra, la ESA no fue capaz de hacer predicciones exactas sobre dónde caerán los restos que no lleguen a pulverizarse en la atmósfera. De acuerdo a sus estudios, los fragmentos bajarán en algún punto entre los 43º N y 43º S de latitud, aunque por la geometría de su órbita, la probabilidad de impacto se potencia en los extremos de dicha franja, que en el paralelo norte afecta a España, Italia, Estados Unidos y China, y sobre el paralelo sur involucra a Argentina, Chile, Australia y Nueva Zelanda.
La zona donde podrían impactar los escombros de la nave espacial
La Secretaría de Protección Civil del Ministerio de Seguridad de la Nación calificó de ínfimas las probabilidades de que la estación espacial china caiga en territorio nacional. El organismo nacional aceptó que «el fenómeno existe», pero aclaró que los peligros son bajos. «Es muy poco probable que los restos de este reingreso golpeen a cualquier persona o dañen significativamente alguna propiedad. El único caso conocido de desechos espaciales que golpean a una persona es la ama de casa Lottie Williams de Tulsa, Oklahoma, quien fue golpeada en el hombro por un pequeño pedazo de escombro espacial en 1996, pero no sufrió daños», explicó The Aerospace Corporation, una firma que presta servicios al programa de Seguridad Espacial de Estados Unidos (NSS).
El Tiangong-1 (8,5 toneladas de peso, una longitud de 10,4 metros y un diámetro medio de 3,5 metros) fue lanzado el 30 de septiembre de 2011 con el propósito de iniciar una nueva era espacial con China como referencia científica. En 2016 fue reemplazado por el Tiangong-2 y desde entonces comenzó su inevitable descenso hacia la Tierra, de una manera autónoma y descontrolada.
