La opositora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) calificó de «atropello» la propuesta del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de reunir en El Salvador a los países «que apoyan su régimen tiránico».
Maduro pidió el pasado martes a los países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que convoquen una cumbre para restituir el «diálogo latinoamericano» y «las normas de respeto al derecho internacional».
El mandatario propuso para ello una cumbre en San Salvador que reúna a los integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), una organización continental impulsada por su antecesor, el fallecido presidente Hugo Chávez, e integrada por 33 países.
Para ARENA, la propuesta de Maduro es un «atropello a la soberanía nacional y a la democracia de El Salvador por parte del presidente venezolano, al sobrepasar a las autoridades salvadoreñas, la Constitución y las normas diplomáticas internacionales».
Según la formación de derechas, el mandatario suramericano «pretende convertir a El Salvador e una sala de reuniones de la cual puede salir a su antojo junto a los miembros de ALBA, que apoyan la legitimidad de su Asamblea Constituyente, considerada dictatorial por las naciones respetuosas con la democracia».
El instituto político pidió a los partidos que soliciten una explicación al Gobierno de Salvador Sánchez Cerén y que este apoye la declaración de los 17 países latinoamericanos que acordaron no reconocer «por su carácter ilegítimo», la Asamblea Constituyente de Venezuela, que está integrada solo por oficialistas.
La cumbre del ALBA adoptó una resolución en la que los países miembros -entre los que destacan Cuba, la propia Venezuela, Ecuador, Bolivia y naciones del Caribe- muestran su respaldo a la Asamblea Constituyente impulsada por Maduro y rechazan como injerencias las sanciones contra altos cargos venezolanos adoptadas por Estados Unidos.
Los países latinoamericanos de más peso, la Unión Europea y Estados Unidos no reconocen una Asamblea Nacional Constituyente que, a juicio de sus gobiernos, aparta a Venezuela de la democracia.