Era la noche del 6 de marzo de 1871. Cincuenta jinetes recorrían las calles de un pueblo en el condado de York en Carolina del Sur, Estados Unidos. Alumbraban con antorchas su camino y cubrían sus rostros con máscaras y capuchas de tela blanca. La velocidad del galope delataba que no tenían prisa, sino que buscaban a alguien. Acababan de dejar una casa donde interrogaron y aterrorizaron a un hombre negro a quien la victoria del ejército de la Unión Americana le había garantizado libertad. Sabían a dónde dirigirse, iban a la casa de un hombre llamado James Williams, quien había escapado para pelear con el ejército que derrotó a los Estados esclavistas. Las tierras de las que huyó fueron las mismas donde nació un tal Dr. J. Rufus Bratton, un ex esclavista y dueño de plantaciones.
Cuando llegaron a las cercanías de la casa, una docena de jinetes se desprendieron del grupo. Entre ellos uno de sus líderes. Su nombre era J. Rufus Bratton. Encapuchado y cubierto en tela blanca, él era, en ese momento, uno de los oficiales de mayor rango dentro de las tropas de un grupo fundado hacía pocos años: el Ku Klux Klan. Irrumpieron en la casa que pertenecía a Williams. La Sra. Williams sollozaba junto con sus hijos mientras las tropas del KKK inspeccionaban el hogar. Levantaron las tablas del piso y ahí encontraron al hombre que buscaban. Se lo llevaron a la fuerza y a pesar de los esfuerzos que hizo, no pudo evitar terminar como muchos otros hombres afroamericanos que lucharon para tener derechos en Estados Unidos. James Williams murió esa noche colgado de un árbol.
Ciento cuarenta y cuatro años después. En el año 2015 un hombre abrió fuego en una iglesia. Nueve personas murieron, incluyendo al reverendo de la congregación. Las noticias en Estados Unidos reportaron sobre esto y Fox News hizo hincapié, en este caso, con las palabras “Ataque contra la fe”. Sin embargo hay algo que dejaron de lado en su cobertura. La iglesia atacada en Charleston fue fundada por un hombre de ascendencia africana llamado Denmark Vesey. El nombre de la iglesia hoy es Emanuel African Methodist Episcopal Church. Denmark Vesey murió por apoyar la libertad de los esclavos en Estados Unidos en 1822 y en julio de ese mismo año su iglesia fue quemada por una turba de hombres blancos. Posteriormente fue prohibida en Carolina del Sur.
En 1963, mismo año en que Martin Luther King pronunció su discurso “Yo tengo un sueño”, otra iglesia fue atacada en Alabama, cobrando la vida de cuatro niños afroamericanos. Esta también era una congregación negra.
Desde hace siglos, los ataques contra grupos minoritarios en Estados Unidos han sido un problema que nadie puede resolver. Uno de los grupos más vulnerados es el de la comunidad afroamericana. Dara Lind, comenta para Vox que “Para los blancos, cualquier manifestación de orgullo ha sido motivo de revancha.”
Esto se puede ver en años que siguieron a la proclamación de la emancipación que puso fin a la esclavitud en Estados Unidos. Las elecciones que siguieron a este acto de Abraham Lincoln, estuvieron llenas de atentados de corte racista contra la población afroamericana. Más de 130 ataques fueron perpetrados contra este grupo. Y una de las organizaciones que más ha violentado a esta (y otras comunidades) ha sido el Ku Klux Klan (KKK), un movimiento que basa su ideología racista en el supremacismo blanco y cristiano, y sus rituales en la francmasonería.
La historia de violencia de grupos supremacistas blancos ha dejado una terrible mancha en la historia de Estados Unidos. Entonces, ¿por qué no se habla del terrorismo racista?
El miedo a las minorías en Estados Unidos
Después del atentado del 11 de septiembre de 2001, perpetrado por Osama Bin Laden, se escucha mucho en las noticias estadounidenses sobre el terror que ha provocado un grupo minoritario de musulmanes en Estados Unidos. Sin embargo, la inferencia que se hace respecto a la población musulmana en Estados Unidos es falsa.
La llamada Guerra contra el Terrorismo fue justificada por George W. Bush; el shock fue legitimado por los medios estadounidenses que infundieron un fuerte miedo entre los habitantes a los que les dolía el atentado en Nueva York; y lo que Noam Chomsky llamó la manufactura del consenso, desató odio contra un grupo demográfico que debía su ascendencia a países ubicados en Medio Oriente, especialmente aquellos que cuentan con una mayoría musulmana.
El miedo y el odio llegó a tal punto que un sólo hombre le disparó a 3 personas inocentes, matando a 2 (uno de Pakistán y otro de India) y dejando secuelas permanentes después de dispararle en la cara, al otro. Pero éste último sobrevivió. El que abrió fuego, fue un supremacista blanco llamado Mark Stroman. Se arrepintió antes de morir. Y pidió ver a la víctima que sobrevivió antes de su ejecución. La víctima, a pesar del daño que recibió, lo perdonó. El supremacista, reconoció con sus últimas palabras lo que hizo y dijo:
Un segundo de odio va a provocar una vida de sufrimiento.”
La violencia contra grupos musulmanes es un hecho constante. Sin embargo, es una población muy pequeña dentro de Estados Unidos. Alrededor del 1% de los habitantes estadounidenses son musulmanes. Pew Research hizo una serie de encuestas y observaron que el 49% de los estadounidenses consideran que algunos seguidores de esta religión tienen sentimientos antiestadounidenses. Otro estudio reveló que el 58% los ven como fanáticos. Y finalmente, 42% están muy inquietos por los grupos extremistas del Islam, especialmente las mayores de 50 años (81%). Un reflejo de estas cifras podría verse en el hecho de que existen 101 grupos de odio exclusivo contra esta comunidad religiosa. Y, a pesar de que los republicanos son los que peor perciben a los musulmanes, las cifras cubren una población con un amplio espectro social y político.
A pesar de que mucho de este miedo se queda como miedo, una parte se convierte en odio; sobre todo entre la clase trabajadora blanca con pocos estudios quienes dirigían comúnmente este odio racista al expresidente Barack Obama. Estados Unidos es un país que, a pesar de haber logrado avances contra la discriminación y en favor de la tolerancia, sigue teniendo muchas manifestaciones de odio. Desde los años 2006 hasta el 2015 el 70% de los asesinatos de odio fueron ejecutados por supremacistas blancos, mientras que un 13% fue perpetuado por movimientos islamistas extremos.
En el año 2016, la cifra de víctimas por radicalismo islámico cambió con el tiroteo en el bar Pulse en Orlando, Florida. Sin embargo, en Estados Unidos, los grupos de odio han crecido a pesar de los esfuerzos por desarticularlos. Entre el 2011 y el 2014 se registró una reducción, sin embargo el aumento de estos grupos de odio ha sido constante casi cada año. En 1999 habían 457 grupos de odio. Hoy la organización de monitoreo de grupos de odio cuenta 917.
Los grupos con mayor crecimiento son dos: los 193 distintos grupos de odio catalogados como “Black Separatists” (Separatistas negros) por el Southern Poverty Law Center quien define que se ocupan más de promover instituciones separadas, pensadas sólo para la comunidad afroamericana (en algunos casos proponen una nación separada) y expresan odio contra los blancos y judíos. El otro grupo es el movimiento racista de supremacistas blancos, el Ku Klux Klan, que ya alcanzó las 130 organizaciones alrededor del país.
Sin embargo, el Ku Klux Klan no es el único grupo que predica una supremacía blanca al mismo tiempo que ataca a los afroamericanos, migrantes, judíos, musulmanes, católicos y miembros de la comunidad LGBT. A pesar de que el Southern Poverty Law Center estudia los grupos de odio en Estados Unidos, no hace las distinciones y matices entre los negros que sí hace entre los blancos. Pues los grupos de odio blancos que discriminan a las minorías y a los inmigrantes al acumularse conforman 450 de las 917 organizaciones. Estos incluyen a los influenciados por las corrientes de Neo-nazis, el Movimiento Nacional Socialista, “Racist Skinhead“, neoconfederados y cristianos radicalizados.
Otros grupos de odio contra minorías son los Anti-LGBT, los anti migrantes, anti musulmanes y los que niegan el Holocausto, entre otros.
Los grupos de odio son definidos por Southern Poverty Law Center como:
aquellos que envilecen grupos enteros de gente basándose en características inmutables como raza o identidad.
Los supremacistas blancos: racista y orgullosamente americano
Las acciones tomadas contra musulmanes, negros, latinos, judíos y miembros de la comunidad LGBT han sido sustentadas fuertemente en nacionalismo, supremacía blanca, racismo y xenofobia. Esto lo podemos observar en palabras que se encuentran en el texto introductivo del foro más grande de supremacistas blancos llamado Stormfront:
“Si los negros o los mexicanos se vuelven mayoría no podrán mantener los sistemas sociales, culturales y económicos del hombre blanco debido a que no tienen la mente necesaria. […]
[…] ¿Quién en su sano juicio permitiría la migración de países como Irak, Somalia y México a Estados Unidos o Europa?”
El grupo más infame y con mayor cobertura en los Estados Unidos que predica la ideología de la supremacía racial es, como habíamos dicho, el Ku Klux Klan. El KKK comenzó en el siglo XIX para hacer presión en los pueblos y ciudades del sur de Estados Unidos donde se había abolido la esclavitud tras la guerra civil estadounidense. Espantaban a la población afroamericana para evitar que escogieran a representantes con los que simpatizaban. Poco a poco su nivel de violencia fue escalando hasta el punto en que comenzaron a hacer linchamientos.
Hoy en día siguen amedrentando y provocando a la población no blanca y no cristiana en Estados Unidos. Tan sólo en una marcha en el año 2016 hubo un enfrentamiento entre miembros del KKK y manifestantes que le costó la vida a 3 personas. Su historia está llena de actos de odio. El nivel de violencia que acompaña al KKK sigue latente y sus grupos han crecido significativamente. Sin embargo, el Ku Klux Klan, que a pesar de llevar a cabo actos de odio racista para aterrar a ciudadanos, no es considerado un grupo terrorista.
La definición de terrorismo es profundamente discutida. Sin embargo, apunta a describir algo referente a los grupos o individuos que usan estrategias de terror para presionar hacia una agenda política, religiosa o ideológica. Planteado de este modo, el medio Politico pregunta ¿por qué estos grupos no son considerados terrorismo? Esto se debe a que –puesto en términos muy simples–, Estados Unidos sólo califica como organización terrorista a los grupos internacionales, de modo que por una cuestión legal, organizaciones como el Ku Klux Klan no pueden ser definidas como tales.
Sin embargo, así como se señala que ataques terroristas hacen actos en nombre de Alá, diversos actos de odio contra grupos minoritarios han sido ejecutados en nombre del Dios cristiano, de la supremacía racial, de los valores cristianos, etc.
El impacto político y social de los supremacistas
Un aspecto que hace más peligroso al supremacismo blanco que cualquier otra ideología que lleva a cabo actos de odio o terror es la cuestión legal y política en la que se fundamentan. Un caso de acción para promover la ideología supremacista que tuvo cabida dentro de las normas legales (hasta que fue detenido por una misma vía legal) fue el de Craig Cobb en el pueblo del norte de Estados Unidos, Leith.
El líder supremacista Craig Cobb intentó crear un enclave para personas blancas en el pueblo de Leith, donde compró propiedades y luego le vendió un inmueble a la organización National Socialist Movement (NSM). Al poco tiempo, se convocó a un rally en dicho lugar a donde asistió el líder del movimiento nazi de Estados Unidos, Jeff Schoep. Se anunció en la reunión nacional socialista en Leith que se iban a mudar miembros de la organización para ocupar de forma legal esa pequeña comunidad. Lo que detuvo a Cobb fue que, al salir armado a la calle acompañado de un miembro del movimiento nazi, fue arrestado por aterrorizar ciudadanos y hacer amenazas.
https://youtu.be/Q8lBm74_TfY
Otro caso fue el del movimiento White Lives Matter, que surgió con una actitud reaccionaria frente a las movilizaciones de Black Lives Matter. Este movimiento fue catalogado como un grupo de odio para Southern Poverty Law Center. Esto se debe a que White Lives Matter es un grupo supremacista blanco y neonazi. Doug Chism, co fundador de WLM y presidente de la Sociedad del Renacimiento Ario afirmó:
Tenemos que hacer todo lo posible por refrenar la creciente oleada de color y actos de violencia que caen sobre nuestras familias; tenemos que intentar recuperar nuestras comunidades y pararnos firmes frente a la adversidad, ser racionales, sensibles y fuerte a lo largo del camino.
En el caso del KKK, lo que frenó a este grupo de odio -al menos, parcialmente- fue el Ku Klux Act, acción tomada para evitar el asesinato y los linchamientos de afroamericanos. Esto logró convertir en ilegales las acciones cotidianas del grupo. Sin embargo, a pesar de las leyes que limitan su influencia, no han dejado de operar. A pesar de que el KKK ha reducido sus acciones criminales significativamente, sigue siendo un movimiento de odio en Estados Unidos que cuenta con grupos de apoyo, simpatizantes y según un estudio, su impacto político está relacionado con el posicionamiento del Partido Republicano en el sur de Estados Unidos.
Los grupos supremacistas y racistas se han aprovechado de la primera enmienda (como es el caso del movimiento de la alt-Right) que los protege legalmente para ser capaces de ejercer su libertad de expresión y crean discursos que promueven el odio entre sectores de la población en Estados Unidos. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Rifles (NRA) –a pesar de no ser considerado un grupo de odio–emitió un mensaje anti musulmán y otro más contra los liberales.
https://www.facebook.com/NRA/videos/1746509538700403/
A pesar de que el supremacismo blanco tiene un largo y violento recorrido histórico, son otros los grupos señalados, constantemente, como amenaza. Muchos de ellos por supuesto que lo son, pero la narrativa mediática estadounidense ha infundido un fuerte miedo contra su propia comunidad musulmana. El medio The Independent difundió un estudio que señalaba que, de 201 ataques sucedidos entre 2008 y 2016, los atentados fundamentados en el supremacismo blanco, nacionalismo e ideales de ultra derecha han sido casi el doble que aquellos que fueron fundamentados en un pensamiento islamista.
Los movimientos extremistas musulmanes o grupos de odio de cualquier tipo son peligrosos. Pero el riesgo que del radicalismo fundamentado en racismo, xenofobia, supremacismo, homofobia, etc. es un problema persistente que ha sido ignorado a pesar de tener una presencia innegable en la historia estadounidense. Movimientos como el KKK han aterrorizado a la población estadounidense décadas antes de que grupos radicales musulmanes como Al Qaeda o ISIS aparecieran. El sitio HuffPost contó el total de personas que han muerto asesinado y linchados a manos del KKK. Sólo contra población afroamericana (es decir, no incluye los actos de violencia contra la comunidad LGBT, latinos, etc.) es de 3,960 entre los años 1877 y 1950. Aún falta observar cuántas personas murieron después de este período, incluyendo a todas las minorías estadounidenses.
¿Por qué tienen tanto miedo los blancos estadounidenses a las minorías? ¿Será que tienen miedo a un trato similar cuando ellos se conviertan en minoría?