¿Por qué le tiemblan las piernas a Donald Trump al enfrentarse cara a cara con Putin?

Por Luis Vazquez-BeckerS

by Redacción

La reciente cumbre en Alaska entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin ha reavivado una de las preguntas más persistentes en la política internacional: ¿por qué, a pesar de su reputación de «negociador duro», Trump parece adoptar un tono más conciliador y deferente cuando se encuentra frente a frente con el líder ruso? Las críticas de la prensa, la oposición y los aliados de la OTAN no se han hecho esperar, señalando que, lejos de ser un signo de diplomacia, esta postura es un grave error estratégico.

La percepción de que a Trump le «tiemblan las piernas» no es nueva. Se remonta a su primer mandato, cuando en Helsinki, Finlandia, pareció dar más credibilidad a la negación de Putin sobre la interferencia electoral rusa que a las conclusiones de las propias agencias de inteligencia de EE. UU. Desde entonces, cada encuentro ha sido observado con lupa, y la dinámica entre ambos líderes ha generado una serie de teorías y preocupaciones.

Putin y Trump en Alaska

1. El Juego de la Dominancia: La Persuasión de Putin

Vladimir Putin es un exoficial de la KGB, entrenado en tácticas de inteligencia y dominancia psicológica. Su método, según expertos, no es la confrontación abierta, sino la persuasión sutil y la construcción de una relación basada en la autoridad. Putin proyecta una imagen de control y firmeza, y ha demostrado una habilidad única para explotar las debilidades y vanidades de sus interlocutores. Trump, por su parte, es conocido por valorar las relaciones personales y la percepción de fortaleza. En este juego de dominancia, Putin ha demostrado ser un maestro, logrando que Trump se concentre en la «química» personal de la relación en lugar de en los objetivos estratégicos de Estados Unidos.

2. Una Simpatía por el «Hombre Fuerte»

Una de las teorías más extendidas es que Trump admira el modelo de liderazgo de Putin. El presidente ruso gobierna con un control casi absoluto sobre su país, ha silenciado a la oposición y a los medios críticos, y proyecta una imagen de poder sin concesiones. Para Trump, que a menudo se ha quejado de las restricciones del sistema democrático de EE. UU. (como la prensa libre y el poder judicial independiente), el modelo de Putin podría ser visto como una forma de gobernar más «eficiente».

3. El Asunto de la «Complicidad»

Para los críticos, la relación entre ambos líderes es más que una simple cuestión de personalidad. Argumentan que Trump está atado por la revelación de actos de «complicidad» con Rusia, ya sean reales o percibidos. La polémica sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y la falta de transparencia del expresidente en sus negocios con el país, son asuntos que han sido investigados por el Departamento de Justicia. Aunque Trump ha negado cualquier ilegalidad, los críticos sostienen que Putin podría usar esta información para ejercer presión sobre el mandatario estadounidense.

En conclusión, la percepción de debilidad de Donald Trump frente a Vladimir Putin no es un simple capricho de los medios. Es el resultado de un patrón de comportamiento que, para muchos, pone en riesgo los intereses de Estados Unidos y la cohesión de la OTAN. La diplomacia con Rusia es necesaria, pero cuando un presidente parece ceder terreno en lugar de negociar, la pregunta sobre las motivaciones de su postura se vuelve inevitable.

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