Autoridades estadounidenses revelaron el jueves una serie de acusaciones contra 17 supuestos miembros de una pandilla con vínculos con Centroamérica que dijeron controla una empresa criminal global, con cargos que incluyen asesinato, narcotráfico y conspiración.
Un gran jurado en el condado de Nassau, Long Island, al este de Nueva York, acusó a principios de esta semana a los presuntos integrantes de la MS-13, o Mara Salvatrucha, de 21 cargos penales que según los fiscales podrían llevar a condenas individuales de prisión de 25 años a cadena perpetua.
«Esta enorme investigación de varias agencias puso de manifiesto el tamaño global, la complejidad y la brutalidad de la MS-13, y estas acusaciones suponen un duro golpe para las operaciones de la pandilla en Long Island», dijo la fiscal de distrito del condado de Nassau, Madeline Singa.
La investigación de siete meses comenzó como un caso de drogas, luego reveló una red global de narcotráfico basada en El Salvador que según los fiscales depende de la violencia y la intimidación y se extiende a México, Colombia, Corea del Sur, Francia, Australia, Perú, Egipto, Ecuador y Cuba.
La acusación hace referencia a delitos cometidos en Nueva York, Nueva Jersey, Maryland, Virginia y Texas. Nueve de los 17 acusados siguen prófugos, dijeron los fiscales.
La banda está organizada en varios subgrupos. Cada uno de ellos informa a los líderes de la pandilla en El Salvador y les envía ingresos de sus ventas de drogas, dijeron los fiscales.
En un discurso en Long Island el verano pasado, el presidente estadounidense Donald Trump citó a la MS-13, que nació en Los Ángeles, como una fuente clave de violencia en las comunidades estadounidenses, y culpó en parte a la inmigración ilegal desde Centroamérica de su existencia en Estados Unidos.
Al menos siete de los acusados son ciudadanos extranjeros de El Salvador u Honduras, aunque los fiscales no identificaron a los que todavía están prófugos.