El Fiscal General de la República, Douglas Arquímedes Meléndez, presentó el lunes la documentación que, supuestamente, debería sustentar sus deseos de ser reelecto a la oficina de la que actualmente es responsable. La presentación de sus intensiones fue bien recibida por algunos diputados de la fracción de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), sin embargo, al menos cuatro diputados tricolor manifestaron a LaGaceta503.com que no tienen intenciones de apoyarlo, a pesar que les quieren «doblar el brazo» para que voten por dicha reelección.
La fracción del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) ha sido determinante, ningún diputado de su grupo votará a favor de Meléndez. Asimismo, la Convergencia Democrática y la Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA) no están dispuestos a votar por el controversial funcionario. EL PCN y el PDC, guardan silencio.
Según una fuente legislativa, algunos diputados areneros sustentan su apoyo al actual jefe del Ministerio Público en un supuesto respaldo a su persona por parte de la embajadora de los Estados Unidos de Norteamérica, Jean Manes, ¡Nada más alejado de la realidad!
Vamos a dejar algo claro: la Embajada Americana no apoya personas, apoya instituciones que trabajan en pos de la transparencia y en beneficio del pueblo salvadoreño y coopera en proyectos de interés social. Repito, no apoya a personas, mucho menos a políticos o a intereses particulares.
Los motivos que pueden poner en duda la capacidad de Douglas Arquímedes Meléndez para seguir al frente de la Fiscalía General de la República son muchos, desde la incapacidad fiscal de ganar casos renombrados, los shows mediáticos contra personas inocentes que de alguna manera son incómodas al fiscal o a sus colaboradores cercanos, hasta los presuntos hilos que utiliza un grupo de poder económico en El Salvador para mover la justicia a su antojo.
Varios motivos son descubiertos en el editorial de este lunes en DiarioLatino.net, los cuales transcribimos a continuación:
«En un editorial reciente “sugerimos” al fiscal general, Douglas Arquímedes Meléndez, que revisara detenidamente sus actuaciones y las de sus más cercanos colaboradores, porque se estaban convirtiendo en “piedras en sus zapatos” que no lo dejarían caminar con paso firme hacia sus intenciones de reelegirse.
En esa ocasión nos referíamos a los personajes maquiavélicos que generalmente rodean a los funcionarios aconsejandoles zalameramente sobre las mil formas de cómo quedar mal parados.
Nos referíamos específicamente a que si el fiscal Meléndez pensaba seriamente en su reelección, debía comenzar por limpiar su casa (la FGR); es decir aclarar y corregir aquellas cosas de las que se le está acusando públicamente.
Más específicamente, nos referíamos a que debía aclarar públicamente las denuncias sobre violaciones al debido proceso que le han sido formuladas públicamente por los abogados del empresario Enrique Rais y por este mismo, “inventando pruebas” con tal de mantenerlo sometido e indefenso mientras gente vinculada al crimen internacional le disputan su patrimonio empresarial.
Los defensores en el caso Rais-Martínez, han demostrado judicialmente, fehacientemente, que muchas de las pruebas utilizadas en contra de sus clientes, han sido obtenidas fraudulentamente y que otras han sido “prefabricadas” citando para el caso, cargos, nombres y apellidos de los supuestos responsables, sin que hasta la fecha hayan sido investigados, sancionados o separados de sus cargos para garantizar que esos hechos no se repitan.
La función primordial del Fiscal General, a través de sus auxiliares, es dirigir la investigación del delito y si cualquiera de ellos comete errores o equivocaciones que atenten contra las garantías individuales de las personas, contra el debido proceso o el principio de inocencia, es su deber enmendar la plana sin importar cuán cerca estén de su despacho.
Uno de estos fiscales auxiliares ha reconocido en el caso Rais Martínez, haber cometido una equivocación al afirmar ante el magistrado Carlos Sánchez, de la Cámara Primero de lo Penal, que se había equivocado al asegurar que un juez había autorizado una diligencia sin que esto fuese cierto.
Como consta en autos, el superior de esta fiscal pidió disculpas al juez y le reiteró que se había tratado de una equivocación. Esa equivocación le ha costado más de dos años de prisión “provisional” al ex fiscal Luis Antonio Martínez y mantiene en situación de indefensión al empresario Enrique Rais.
En cualquier parte del mundo que se precie de ser democrático y de respetar el Estado Constitucional de Derecho, el fiscal general hubiese ordenado, ipso jure, la nulidad de esa evidencia, sin importar los resultados procesales del caso. Eso aquí no ocurre, ni en sueños; al contrario, se cometen más y más graves arbitrariedades como el caso armado como un show “Corruptela” para restar importancia a las primeras. Algo así como querer tapar el sol con un dedo.
Si el fiscal Meléndez desea realmente que sus aspiraciones a ser reelegido se hagan realidad, debe aclarar de una vez por todas, si esas denuncias son ciertas o si son falsas y alejar de su lado, por sanidad institucional, a quienes buscan convertirlo en un fiscal temible y temido en vez de un fiscal respetado.
Eso, señor Fiscal, solo se logra respetando la ley y no implementando casos como el de la “Corruptela”. Quienes le llaman “valiente” en vez de aconsejarle que sea prudente y respetuoso, solo quieren comprometerlo para resguardo de quién sabe qué cosas ocultas.
Los diputados que le ofrecen su respaldo y apoyo, ofrecen también una lectura poco honorable; en pocas palabras, lo están chantajeando de antemano por si llega a ser reelecto.
Señor Fiscal General de la República: la mejor y quizás única oportunidad de que Usted sea reelecto para un periodo más como jefe del Ministerio Público, sería que revise a conciencia los caso emblemáticos como el de Rais-Martínez, y que, con base en las denuncias serias que se le han formulado, actúe salomónicamente, retirando aquellas pruebas señaladas como de dudosa procedencia u obtenidas por medios ilícitos y que los jueces puedan resolver sin temor alguno. De lo contrario, el camino a la reelección estará más empedrado de lo que imagina.»
El apoyo de una embajada, o de sus amigos diputados en ARENA no serán suficientes para la reelección del actual fiscal si la población deja de creer en la correcta distribución de la Justicia que debe proveer el Ministerio Público.