Las remesas familiares en Centroamérica subieron cerca del 20% en el primer trimestre de 2025, según datos oficiales, y los expertos lo atribuyen al temor de los migrantes a las deportaciones del gobierno estadounidense de Donald Trump.
Millones de centroamericanos que viven en Estados Unidos, cientos de miles de forma irregular, envían a sus familias remesas de dinero que representan casi una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua.
En Guatemala, el banco central registró la llegada de 5,642.7 millones de dólares en remesas familiares en el primer trimestre de este año, un aumento del 20.5% comparado con el mismo periodo del año pasado.
Por su lado, Honduras recibió 2,620.4 millones de dólares, 24% de incremento respecto al primer trimestre de 2024, según su banco central. En ese país, 454,733 hogares tienen al menos un familiar inmigrante, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Migración y Remesas de 2023 de la Organización Internacional para las Migraciones.
El Salvador y Nicaragua no tienen todavía datos completos del primer trimestre, pero en enero y febrero las remesas aumentaron 14.2% y 22.6%, respectivamente, con relación a los dos primeros meses de 2024. El Salvador recibió 1,406.3 millones de dólares y Nicaragua 909.1 millones de dólares en los dos primeros meses de 2025, según sus bancos centrales.
En Nicaragua la cifra no solo incluye remesas desde Estados Unidos, sino también desde Costa Rica, con 68.2 millones de dólares y España, 48.6 millones de dólares. Mientras que en Costa Rica y Panamá no hay migración masiva y las remesas que reciben no tienen impacto en sus economías.
Las autoridades locales y expertos en Centroamérica tienen sus teorías de lo que ha motivado este aumento en las remesas.
“Nuestros compatriotas en los Estados Unidos de América estén incrementando el envío de remesas ante el temor de ser deportados, en el contexto del gobierno de Trump”, señaló el presidente del banco central de Guatemala, Álvaro González, en un foro empresarial.
El analista económico guatemalteco Erick Coyoy coincide con él. “Es una reacción anticipada de los migrantes ante la percepción de riesgo de deportación y esto podría explicar el notable aumento en las remesas del primer trimestre de 2025”, dijo a periodistas.
Sin embargo, no está claro si enviaron más dinero a casa para asegurarse de que, en caso de ser deportados, podrían acceder a sus ahorros o si fue para ayudar a sus familiares a beneficiarse de su situación en Estados Unidos mientras pudieran.