Por Iván Bernal Marín, desde Bogotá, Colombia.
Una buena parte del universo creativo de Gabriel García Márquez acaba de ser puesto en línea, y abierto gratuitamente para consultas, como un inesperado regalo de Navidad para los lectores de todo el mundo. La colección incluye manuscritos originales de 10 libros, cuadernos, piezas de correspondencia, álbumes fotográficos, y algunas joyas nunca antes vistas de su narrativa.
Uno de los documentos más valiosos es un borrador de 32 páginas de la segunda parte de sus memorias, el inacabado volumen II de Vivir para contarla. Pero, además, hay cartas que develan nuevos matices del pensamiento político del colombiano que ganó el premio Nobel de Literatura en 1982; así como papeles firmados con su puño y letra, que plasman sus opiniones acerca de otras figuras contemporáneas.
El Harry Ransom Center de la Universidad de Texas, que adquirió en 2014 el archivo de Gabo de manos de su familia, digitalizó unas 27.000 páginas e imágenes. Cualquier persona con conexión a internet puede ahora aproximarse a cómo empezó a darles vida a sus mariposas amarillas, en un catálogo clasificado en inglés y español. El escritor nacido en Aracataca, Magdalena, mecanografiaba hasta 10 borradores de sus novelas.
Rayones, tachaduras, cambios de párrafos y correcciones en los márgenes pueden verse en una progresión de borradores de libros completamente accesibles, y que previamente no podían leerse en línea sin pago. En el listado están: Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, Del amor y otros demonios, El general en su laberinto, Noticia de un secuestro, entre otros textos.
«Es un acto de generosidad muy grande de su familia. Al mismo tiempo una oportunidad de oro para acercarse al proceso de creativo de Gabo, y ver cómo trabajaba, leía y revisaba cada pequeña cosa de sus trabajos literarios», dijo a Infobae el historiador Nicolás Pernett, quien ganó una beca para revisar en enero el archivo completo en la Universidad de Texas.
Lo que se puso en línea es la mitad de la colección. No hay nada de su novela inédita, En agosto nos vemos. Pero sí cuentos, artículos, prólogos y versiones descartadas de textos que antes no estaban digitalizados. Además, fotos que lo revelan en una faceta íntima y familiar, como una en la que se ve tocando piano. «Es una forma de refrescar la lectura de Gabo. Me recuerda cuando hace 20 años The Beatles sacaron su Anthology, que mostraba versiones preliminares de sus canciones. Eso los puso de moda y gente que ya los conocía volvió a escucharlos, pero en versiones de canciones no usadas».
A continuación, una selección de algunos documentos especialmente interesantes, desde el punto de vista político y literario.
1 – Vivir para contarla – Volumen II
Pensándolo bien, la idea surgió hace ocho años en el hotel César Palace de Sao Paulo, Brasil, cuando deslizaron por debajo de la puerta de mi cuarto un ejemplar del matutino local con un titular a ocho columnas: Murió el Papa. Indignado, llamé por teléfono al capitán de botones, y protesté:
— Es escandaloso que en un hotel de cinco estrellas le traigan a uno el periódico del mes pasado.
— El señor me perdone — me contestó una voz de portugués acostumbrado a todo—, pero es que el Papa se murió otra vez.
Con ese párrafo comienza el borrador de 32 páginas de la segunda parte de sus memorias.
2 – La tigra – cuento «inédito»
— Está bien —, dijo Prude Shelton, — entonces iremos a Casanare, aunque sigo pensando que es un lugar muy extraño para pasar la luna de miel.
Ella hubiera preferido pasarla en Pantelería, donde años atrás había sido feliz todo un verano. Pero su prometido, Phillip Agnello, un apasionado de la cacería, insistió en que era mucho mejor, por lo cercano y novedoso, pasarla en los llanos de un país de América del Sur, en Casanare. La discusión había durado varios días, hasta culminar, esa tarde, en el amplio salón que daba a la terraza mansión de los Shelton, una de las familias más ricas e importantes de Nueva York, en el Locust Valley.
Se trata de un relato que nunca fue publicado en libros ni compilaciones. Apareció en la revista Cambio, cuando Gabo era accionista. En la colección se pueden leer borradores de varias versiones, con sus respectivas anotaciones y modificaciones.
3 – Una anécdota, conmovido por Cortázar
En el archivo puede leerse un prólogo que García Márquez escribió para un libro de Ignacio Solares, porque este le hizo sentir «cuán vivo está Cortázar entre nosotros». «No solo hablaba con una profunda voz de órgano de erres arrastradas, sino también con sus manos de huesos grandes como no recuerdo otras más expresivas».
4 – Amigo de Pérez, crítico de Chávez
En un texto de 2007, Gabo recalca cómo los esfuerzos por la difusión de la cultura atravesaron su amistad con el expresidente venezolano Carlos Andrés Pérez en sus dos periodos presidenciales, y termina por cuestionar la decisión de Hugo Chávez de destituir a Sofía Inberg del Consejo Nacional de la Cultura «con una rara explicación radiofónica».
5 – Sin nada más que decir de Shakira
El autor colombiano escribió un perfil de la cantante barranquillera, pero en esta nota la logra resumir en un párrafo escrito a mano. «Nada que se diga o no se diga de Shakira podrá ya cambiar su rumbo de artista grande», 2001.
6 – Blas de Otero, inolvidable
«No he conocido a ningún poeta que se parezca tanto a su propia poesía como Blas de Otero se parecía a la suya. Aunque solo sea por esa identidad ambos seguirán siendo para siempre inolvidables», firma Gabo en mayo de 2006.
7 – Un llamado a la guerrilla: dejen las armas y negocien
Aunque García Márquez no viviera en Colombia, mantenía un fluido contacto lo que estaba pasando con la situación social y política de su país. Varios textos dan cuenta de su interés en ofrecer caminos de salida para varios problemas. «Siempre lo han criticado por su supuesto apoyo a las guerrillas, pero su correspondencia muestra que siempre intentó buscar el camino de que llegaran a la legalidad», dice el historiador Nicolás Pernett.
En una carta dirigida en 1996 al «comandante Bochica», del grupo Dignidad por Colombia, básicamente les pide que se retiren de la lucha armada y hagan política por la vía legal. «Entierren las armas, quítense las máscaras y salgan a promover sus ideas», los exhorta.
8 – Su apelación por una justicia «extraordinaria» contra la corrupción
En una carta remitida a Enrique Santos Calderón en 1996, con motivo del «Caso presidente Samper», Gabo describe la situación del mandatario investigado por el ingreso de dineros del narcotráfico a su campaña como «un síntoma minúsculo del verdadero drama nacional». Con tachones y borrones, esboza la visión de una nueva justicia frente a los políticos, y la creación de una «jurisdicción especial» para velar por que sea «de verdá verdá».
«Lo que no me parece realista ni bueno para el país esperar que el problema se resuelva con los métodos de la justicia ordinaria. Se trata de una situación extraordinaria de contaminación social que requiere de una solución extraordinaria. Pero no hasta el extremo de regalarles la impunidad a los culpables con una amnistía gratuita, como se está pensando a la ligera, sino de cambiarles la cárcel por una pena que tal vez sea más dura y purificadora para ellos, y definitivamente más saludable para el país: su retiro por siempre y para siempre de la vida pública».
9 – ¿Cuestionando el régimen cubano?
En una carta a Susan Sontag, García Márquez señala que «no podría calcular la cantidad de presos, de disidentes y de conspiradores» que había ayudado «en absoluto silencio a salir de la cárcel o emigrar de Cuba en no menos de 20 años». Era una respuesta a una pregunta sobre la pena de muerte, que luego se apresuró en aclarar: «Algunos medios de comunicación – entre ellos la CNN- están manipulando y tergiversando mi respuesta para que parezca contraria a la revolución cubana», dice en otra carta dirigida a Carmen Lira.
10 – El Gabo feminista
Un texto enviado en 1992 a la revista Time da cuenta de la vigencia del pensamiento del escritor colombiano en cuanto a las discusiones de género.
«Lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo. No creo que un sexo sea superior o inferior al otro. Creo que son distintos, con distancias biológicas insalvables, pero la hegemonía masculina ha malbaratado una oportunidad de diez mil años. Alguien dijo: ‘Si los hombres pudieran embarazarse el aborto sería un sacramento’. Ese aforismo genial revela toda una moral, y es esa moral lo que tenemos que invertir. Sería, por primera vez en la historia, una mutación esencial del género humano, que haga prevalecer el sentido común — que los hombres hemos menospreciado y ridiculizado con el nombre de intuición femenina — sobre la razón — que es el comodín con que los hombres hemos legitimado nuestras ideologías, casi todas absurdas o abominables. La humanidad está condenada a desaparecer en el siglo XXI por la degradación del medio ambiente. El poder masculino ha demostrado que no podrá impedirlo, por su incapacidad para sobreponerse a sus intereses. Para la mujer, en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética. Es apenas un ejemplo. Pero aunque sólo fuera por eso, la inversión de poderes es de vida o muerte».