Un amplio estudio británico analizó cómo la falta de horas de descanso afecta varios patrones de salud. Y demostró el relevante impacto en la zona del abdomen.
Unas pocas horas de descanso afectan a cualquier persona, siendo la incidencias más visibles en el estado de ánimo, el humor o la capacidad para concentrarse, entre otros. Pero también generan otras consecuencias, más difíciles de captar rápidamente a simple vista.
Partiendo de la existencia de una relación directa entre dormir mal y el desarrollo de sobrepeso, un estudio realizado por expertos del Instituto Cardiovascular y de Medicina Metabólica de Leeds y el Colegio de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición puso en relieve el impacto de las horas de sueño en el cuerpo.
La novedad de este nuevo estudio, realizado en el marco del programa nacional británico sobre dieta y nutrición, no pasó por poner en discusión esta asociación ya certificada científicamente, sino por reflejar el incremento de la circunferencia abdominal como consecuencia del mal descanso, independientemente de llevar una dieta saludable.
Tomando marcadores metabólicos como el perímetro de la cintura, la presión sanguínea, lípidos, glucosa, hormonas tiroidales y considerando además la ingesta diaria de los examinados, los especialistas analizaron a 1.615 personas de Gran Bretaña de entre 19 y 65 años que durante cuatro días midieron sus períodos de sueño y detallaron sus hábitos alimenticios.
Los resultados de la investigación, publicada en la revista PLoS One, indicaron que las personas que dormían menos de 6 horas cada noche presentaron un promedio de casi tres centímetros más de circunferencia abdominal, mientras que su índice de masa corporal era mucho mayor que el de aquellos que dormían unas 8,4 horas por noche.
Las conclusiones también mostraron relación entre y un nivel reducido de colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad), el llamado «colesterol bueno», conocido por ser responsable de remover colesterol dañino del flujo sanguíneo y reducir el riesgo de ataques al corazón.
«Nuestros hallazgos apoyan la acumulación de evidencia que muestra una importante contribución del sueño corto a enfermedades metabólicas como la obesidad», apuntaron los autores, que remarcaron que el lapso adecuado oscila entre 7 y 9 horas.