La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado su listado de enfermedades infecciosas que representan una mayor amenaza para la salud global por su potencial epidémico, y ha incluido una enfermedad X con la que busca sensibilizar a los Estados miembros sobre la necesidad de estar preparados ante una posible emergencia causada por un patógeno todavía desconocido.
El objetivo de este listado, que se elaboró por primera vez en 2015, es definir las prioridades de los planes de I+D en materia de salud pública, señalando los patógenos más peligrosos contra los que hay que estar prevenidos o aquellos sobre los que todavía no hay suficientes medidas para combatirlos.
De este modo, en la segunda revisión anual de dicho listado este organismo de Naciones Unidas ha señalado que hay que acelerar la investigación de nuevas vacunas o medicamentos para la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, el virus del Ébola, la enfermedad del virus de Marburgo, la fiebre de Lassa, el coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV), el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el Nipah y las enfermedades henipavirales, la fiebre del Valle del Rift y el virus del Zika.
Además, ha incluido en este listado una enfermedad X que, según la OMS, representaría la posible existencia de una epidemia internacional grave que podría estar provocada por un patógeno todavía desconocido y que puede afectar a la salud humana.
«Una epidemia devastadora puede comenzar en cualquier país y en cualquier momento, y matar a millones de personas, porque no estamos preparados, porque aún somos vulnerables», ha reconocido el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que participa estos días en el The World Government Summit que se celebra en Dubái (Emiratos Árabes Unidos).
Durante la elaboración de este nuevo listado estudiaron la inclusión de otras enfermedades como las fiebres hemorrágicas por arenavirus distintas a la fiebre de Lassa, el chikungunya, los enterovirus emergentes que no son la polio o la fiebre severa con síndrome de trombocitopenia (SFTS).
Pero aunque estas enfermedades plantean riesgos importantes para la salud pública y se necesita más investigación, tanto para su vigilancia como su diagnóstico, han decidido posponer su inclusión hasta la próxima revisión.
Asimismo, también se discutió la inclusión de la viruela símica y la leptospirosis y se ha acordado realizar una evaluación rápida de las medidas disponibles de cara a mejorar la vigilancia de ambas patologías y acelerar la investigación.
La actualización de la OMS deja igualmente fuera otros patógenos como el dengue, la fiebre amarilla, el VIH, la tuberculosis, la malaria, la gripe, la viruela, el cólera, la leishmaniasis, el virus del Nilo Occidental y la peste.
Todas ellas continúan planteando importantes problemas de salud pública y se necesita más investigación, pero ya hay más iniciativas en marcha para mejorar su abordaje.
No obstante, los autores han incidido en mejorar el diagnóstico y desarrollar vacunas para la peste y en tener tratamientos más efectivos frente a la leishmaniasis.