El partido neerlandés de extrema derecha PVV, liderado por el antiislamista y euroescéptico Geert Wilders, ganó las elecciones generales celebradas el miércoles en Países Bajos y suma 35 de los 150 escaños del Parlamento, según los sondeos a pie de urna publicados al cierre de los colegios electorales.
Un sondeo a boca de urna, dado a conocer por la televisora nacional NOS, indicó que el Partido por la Libertad de Wilders ganó 35 bancas de un total de 150 en la cámara baja del Parlamento, más del doble que las 17 que obtuvo en las últimas elecciones. Los resultados finales estaban previstos para el jueves.
El programa electoral de Wilders incluye exhortaciones para efectuar un referendo con el fin de determinar si Holanda sigue en la Unión Europea o no, un alto total a la recepción de solicitantes de asilo y el rechazo a los migrantes en las fronteras holandesas.
Es también partidario de una “deislamización” de Holanda, aunque en esta campaña se mostró más moderado en su posición frente al islam que en el pasado.
“Los votantes dijeron: ‘estamos hartos de ello. Hartos hasta las náuseas’”, dijo Wilders, y señaló que ahora se encuentra en una misión para poner fin al “tsunami de asilo”, refiriéndose al tema migratorio que predominó en las campañas.
“Los holandeses volverán a ser los número 1”, declaró Wilders. “El pueblo debe recuperar su nación”.
Pero el legislador, que en el pasado ha sido tildado de ser una versión holandesa del exmandatario estadounidense Donald Trump, tendría primero que formar un gobierno de coalición antes de que pueda asumir el poder.
Eso será difícil, ya que los principales partidos del país se muestran renuentes a unir fuerzas con él y su Partido por la Libertad, pero la magnitud de su victoria fortalece su posición a la hora de las negociaciones.
Wilders exhortó a otros partidos a participar en forma constructiva en las conversaciones para forjar una coalición. Pieter Omtzigt, un ex demócrata cristiano que desarrolló su propio partido Nuevo Contrato Social en tres meses y se llevó aproximadamente 20 bancas, dijo que siempre estará abierto al diálogo.
Una alianza integrada por el Partido Laborista de centro-izquierda y el Izquierda Verde, que se pronostica obtenga 26 escaños, fue la que se ubicó más cerca del Partido por la Libertad. Pero su líder Frans Timmermans especificó claramente que Wilders no debería contar con él para forjar una coalición.
“Nunca formaremos una coalición con partidos que pretenden que los solicitantes de asilo son la fuente de todas las miserias”, declaró Timmermans.
“Y en los próximos días y semanas veremos cada vez más cuán difícil, cuán importante y cuán esencial es nuestra tarea de defender a la Holanda en la que no excluimos a nadie, defender a la Holanda en la que acogemos a todos, defender a la Holanda en la que no vemos cuáles son tus antecedentes, cuál es tu religión, cuál es tu color de piel”, agregó.
A pesar de su dura retórica, Wilders ya estaba cortejando a otros partidos de derecha diciéndoles que, cualquier cosa que haga, “sería dentro de la ley y la Constitución”.
La histórica victoria ocurrió un año después del triunfo de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, cuyo partido Hermanos de Italia tiene raíces que rezuman de nostalgia por el dictador fascista Benito Mussolini. Desde entonces Meloni ha suavizado su posición con respecto a varios asuntos y, en su papel de premier de Italia, se ha convertido en el rostro aceptable de la extrema derecha en la Unión Europea.
Se convocó a elecciones después de que la cuarta y última coalición del primer minstro saliente Mark Rutte renunció en julio tras no lograr llegar a un acuerdo con respecto a las medidas para contener la inmigración.
Rutte fue reemplazada por Dilan Yeşilgöz-Zegerius, una exrefugiada de Turquía que podría haberse convertido en la primera mujer en ser premier holandesa si su partido hubiera ganado la mayor cantidad de votos. En lugar de ello, se pronostica que pierda 11 bancas y concluya con 23.