La crisis venezolana domina aniversario de la revolución en Nicaragua

by Redacción

La celebración del 38º aniversario de la revolución sandinista que derrocó a la dinastía somocista en Nicaragua estuvo dominada este miércoles por la crisis política en Venezuela, cuyo gobierno es aliado del presidente Daniel Ortega.

El gran ausente de la celebración fue el presidente Nicolás Maduro, quien ha participado en años anteriores, así como antes lo hizo su predecesor Hugo Chávez.

Ortega, anfitrión del festejo, sus homólogos de Bolivia, Evo Morales, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, además del vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, rechazaron las amenazas de Estados Unidos de imponer sanciones económicas a Caracas si Maduro mantiene la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

«Las amenazas de Estados Unidos de tomar nuevas sanciones (a Venezuela) no llevan a ningún lado; que más ejemplo que Cuba con más de 50 años de bloqueo y ahí está indoblegable», manifestó Ortega, durante el acto en la plaza La Fe, ante miles de simpatizantes.

«Tiene que entender Estados Unidos que el camino no es la fuerza, no es la amenaza, no son las bombas, es el respeto a las naciones por pequeñas que sean, promover el diálogo y el entendimiento y de esa forma Estados Unidos va a ganar muchos amigos en el mundo», dijo.

Morales manifestó por su parte que «los pueblos que estamos aquí no aceptamos ninguna intervención no permitiremos ninguna dominación, son pueblos que nos liberamos y ese proceso de liberación continuará no solo en Latinoamérica sino en todo el mundo».

Asimismo, instó a los pueblos de América Latina «estar más unidos, más organizados frente a cualquier agresión».

Las expresiones de solidaridad a Maduro también fueron emitidas por el vicepresidente cubano, quien señaló que Venezuela ha sido objeto de «los más brutales ataques políticos, económicos y mediáticos» en los últimos meses.

«Reiteramos aquí en este acto de victoria nuestra incondicional solidaridad» con Venezuela, apuntó Díaz-Canel.

A la fiesta concurrieron como es tradicional desde hace 38 años miles de nicaragüenses de todo el país que evocan la lucha que culminó con la derrota en 1979 de la dictadura de Anastasio Somoza, último miembro de la dinastía que gobernó el país por casi 45 años.

Esta fecha «para nosotros significa recordar a nuestros hermano que dieron la vida para ver una Nicaragua libre, mejor y sin explotación», dijo a la AFP Cristina Larios, de 73 años, cuando se aproximaba con su familia a la Plaza La Fe de Managua, centro de la festividad.

Los seguidores del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) llegaron a pie, en vehículos o caravanas de camiones procedentes del interior del país, ondeando banderas rojinegra del FSLN, de Nicaragua y de Venezuela, que ha brindado más de 4.800 millones de dólares en cooperación los últimos 10 años

«Venimos a respaldar los logros que se han hecho, a Ortega y la compañera Rosario Murillo», expresó Jairo Talavera, de 48 años, acompañado de dos hijas y una nieta.

Una insurrección popular encabezada por el FSLN puso fin en 1979 a la dictadura de la familia Somoza, que gobernó Nicaragua durante 42 años.

Tras la salida de Somoza, Ortega dirigió el gobierno revolucionario durante 10 años, en medio de un conflicto con los «contras» armados por Estados Unidos, que dejo miles de muertos y la economía en ruinas.

Ortega regresó al poder en 2007 y fue reelegido dos veces más, la última de ellas el año pasado con su esposa como vicepresidenta.

El gobierno sandinista ha destacado entre sus logros la seguridad pública, que diferencia a Nicaragua de la violencia que afecta a sus vecinos de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Apunta también a la estabilidad económica favorecida por la alianza entre el gobierno y los empresarios, y la reducción de la pobreza.La oposición, integrada por liberales y la disidencia sandinista, acusa a Ortega de ejercer un poder autoritario y absoluto por el control que tiene sobre el aparato estatal, la policía y el ejército.

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