El candidato izquierdista a la Presidencia de Honduras, Salvador Nasralla, volvió a denunciar el lunes que hubo fraude en los comicios del 26 de noviembre, mientras que el depuesto expresidente Manuel Zelaya denunció que Estados Unidos ha influido en las elecciones hondureñas.
Estados Unidos es el que «está imponiendo a Juan Orlando Hernández, lo tengo que decir públicamente (…), la solución no está allá en el (país del) norte, ni está en los organismos internacionales, esos han venido a avalar el fraude», dijo Zelaya, en rueda de prensa, acompañado de Nasralla.
Señaló que la encargada de negocios de la Embajada de EE.UU. en Tegucigalpa, Heide Fulton, ha «venido de una forma impropia y de injerencia política a avalar» las actas electorales revisadas en escrutinios especiales.
«Nosotros no aceptamos injerencia absolutamente de nadie», subrayó Zelaya, quien lamentó que el presidente estadounidense, Donald Trump, «no entienda lo que está pasando en Honduras».
Enfatizó que Honduras debería «replantearse un acuerdo» con EE.UU. porque «ya la injerencia es insoportable. Venir a poner un presidente ilegal y, además, fraudulento, el pueblo no lo va a soportar».
«Queridos amigos norteamericanos se lo decimos con todo respeto, rectifiquen, no van a poder gobernar con un presidente que el pueblo lo rechaza, esa gobernabilidad que está buscando Estados Unidos en Honduras la va a perder. El presidente que eligió el pueblo se llama Salvador Nasralla», enfatizó Zelaya, quien es coordinador de la izquierdista Alianza de Oposición.
Los organismos internacionales deben «respetar lo que digan los Estados de diferentes partes del mundo, y no lo respetan, solo cuando son amigos del dictador y el dictador es un gendarme de ellos», y afirmó que «Estados Unidos nos traicionó nuevamente» al venir a «fomentar aquí el fraude y la antidemocracia».
Zelaya dijo que Honduras será un país libre, democrático e independiente cuando los hondureños «se pongan los pantalones y decidan liberar este pueblo», y llamó a sus seguidores a «ratificar la Presidencia de Salvador todos los días en las calles y en manifestaciones públicas».
Por su parte, Salvador Nasralla insistió en que «hay un fraude que todo mundo puede verificar» y dijo que la solución a la crisis política en Honduras pasa por «darle al pueblo el presidente que escogió».
Señaló que el presunto fraude está en 5.759 actas electorales procesadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en escrutinios especiales entre el pasado día 3 y el domingo, cuyos resultados también dan la victoria al candidato a la reelección del gobernante Partido Nacional y actual presidente, Juan Orlando Hernández.
De acuerdo con el último informe global divulgado por el TSE, Hernández obtuvo el 42,95 % (1.410.877 votos), mientras que Nasralla, que reiteró que no aceptará los resultados oficiales, sumó el 41,42 % (1.360.439 votos).
Nasralla indicó que si las misiones de observación de la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Embajada de EE.UU. en Tegucigalpa tienen «ganas de resolver el problema» hay que «revisar las 18.128 actas, incluyendo los votos y los cuadernillos».
Dijo, además, que no le extrañaría que las autoridades electorales «quemaran los cuadernillos» o «ya los hubieran hecho desaparecer, porque son picarillos acostumbrados a robar, han estado en puestos públicos toda su vida robando».
Nasralla, un homosexual y reconocido presentador de televisión, anunció que en las próximas horas entregará a la OEA las actas electorales que demuestran su triunfo, y denunció que las autoridades del TSE «mandaron a hacer más de 5.000 actas dobles originales», las acusaciones de los izquierdistas son, de acuerdo a funcionarios norteamericanos y de la OEA «ridículas».
Tanto Nasralla como Hernández se declararon presidente electo el mismo día de los comicios antes de que se divulgara el primer informe oficial del TSE, que por ley todavía no puede declarar al ganador de las elecciones presidenciales.
En Honduras no hay segunda vuelta electoral y gana el aspirante que tenga más votos.