Por Luis V. Vazquez-BeckerS
La falla del Tribunal Supremo Electoral (TSE) en el desarrollo de las elecciones para Presidente y diputados de la Asamblea Legislativa, es abruman e irrespetuosa al voto de los salvadoreños que asistieron a las urnas electorales el pasado 4 de febrero.
La falta de preparación del TSE y la parcialidad excesiva que ha mostrado el organismo antes, durante y después de las elecciones es lamentable y solo muestra la falta de visión y falta de preparación del TSE, lo cual llevó a una incapacidad en el manejo logístico para la transmisión y el procesamiento de datos.
Esto ha generado incertidumbre sobre la trasparencia del proceso y el poco deseo de transparentar los datos del conteo electoral empeora la situación minuto a minuto.
El retiro de la oposición del conteo de los resultados para elegir los diputados de la unicameral Asamblea Legislativa conforma un precedente negativo para el país y una vergüenza para los magistrados del TSE, presididos por Dora Martínez de Barahona.
La posición de cuatro magistrados suplentes del tribunal, que se desligan de las decisiones de los magistrados propietarios por considerarlas ilegales o incorrectas en torno al escrutinio final de la elección de diputados y a la planificación de las elecciones del domingo 3 de marzo es una señal de emergencia que indica el mal proceder de los magistrados propietarios. ¡ALERTA!
La actitud del magistrado propietario Noel Orellana, que calificó de falta de ética y de desleal la actitud de los cuatro magistrados suplentes que han denunciado la «chabacanada» que están ejecutando los propietarios, no es más que una muestra de que algo esta «podrido» al interior del TSE.
Un viejo adagio reza que «para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo».
«Si de buscar responsabilidades se trata, tan responsables somos los propietarios como son los suplentes también. Ellos tienen un salario como los tenemos los propietarios. Este calendario electoral fue aprobado por los 10 magistrados… Ya solo falta que los magistrados suplentes nos ataquen a nosotros para decir que somos los malos de toda esta película»,
dijo a periodistas Noel Orellana, magistrado propietario del TSE. Lo que obvió de decir es que la mayor parte de las decisiones que han tomado los propietarios, no han sido siquiera informadas o compartidas con los suplentes.
El escrutinio definitivo de la elección presidencial finalizó el viernes 9 de febrero, cinco días después de elección presidencial, lleno de irregularidades y luego de la ridícula apertura de a penas 30 cajas electorales de un total de 8,644 cajas.
La oposición cuestiona que el TSE haya descartado abrir las 2,547 cajas aceptando actas de escrutinio manuscritas que solo están en poder del partido de Nayib Bukele, Nuevas Ideas (NI), y de una avasallada Fiscalía General de la República (FGR), que están sin firmas ni sellos.
Fuentes del TSE han relatado de manera anónima a periodistas que en realidad se transmitieron más cantidad de actas de las 434 que se proyectaron en el sitio oficial de resultados preliminares, además que votos y actas completas fueron duplicadas y triplicadas con votos a favor de Nuevas Ideas.
Las elecciones presidenciales, a pesar de haber sido «hinchadas» con respecto a la verdadera concurrencia de votantes a los centros electorales no son punto de discusión. Sin, en cuanto a la elección legislativa, los datos en poder de la oposición muestran varios de los 60 escaños a favor de los partidos contrarios a Nuevas Ideas, que asegura tener al menos 58 escaños asegurados.
El escrutinio final inició con 8 días de atraso y concluirá al menos 15 días después, según la proyección del TSE.
La Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), ya se retiró del proceso al denunciar modificación de datos, acceso a la vigilancia de Nuevas Ideas sin acreditación y de manera abrumante, imposibilidad de modificar la calidad nula o válida de los votos a pesar de haber sido mal calificados en mesa, y el desconocimiento de los magistrados suplentes en torno al proceso de escrutinio final.
El hecho de que el sistema de informática sigue cayendo de manera intermitente a estas alturas y que los magistrados del TSE se escondan o se nieguen a dar explicaciones de lo que sucede es solo muestra de la poca transparencia del colegiado.
Es fundamental que se promueva una reforma para separar funciones administrativas y jurídicas del TSE, esto ayudaría a que los futuros procesos electorales “tengan más credibilidad”.
Es urgente se avance en una reforma que despartidice el Tribunal Supremo Electoral y permita separar las funciones de administrar procesos e impartir justicia, de esta manera El Salvador contará con un TSE independiente de los partidos.