El Gobierno de la República, debido a los estragos causados por las lluvias que afectan a El Salvador desde la semana pasada, se ha visto obligado a permitir la reactivación de la industria de la construcción, mientras que el país espera los efectos de la tormenta tropical Cristóbal.
El presidente Nayib Bukele comunicó desde su cuenta de Twitter, como acostumbra, que «se permitirá la reactivación de todo el sector de la construcción, pero únicamente para reparaciones y mitigaciones», pero no para «ampliaciones» de obras.
«Tendrán que aplicar protocolos para detener al máximo los contagios en los trabajadores», dijo sostuvo el mandatario y añadió que el decreto con la autorización «estará publicado en unas horas».
El aviso se hizo a pesar que la Sala de lo Constitucional ha prohibido a la presidencia de la República que gobierne por «decreto» y ha ordenado que deje de emitirlos.
La tormenta tropical Amanda dejó a su paso por El Salvador al menos 16 personas fallecidas, 7 desaparecidos, 24.873 familias afectadas y 7.886 albergados, sin que hasta el momento se conozca el monto total de los daños.
Las lluvias de la madrugada del martes siguieron causando daños en diferentes localidades del país.
En los municipios de San Marcos, San Salvador y Quezaltpeque se registraron derrumbes de lodo y rocas, mientras que varias familias de comunidades populares de la capital fueron evacuadas y llevadas a albergues.
El presidente Bukele dijo la noche del lunes que al menos unas 1.000 viviendas fueron dañadas y que se invertirán 10.000 dólares en cada una para su reparación.
La tormenta tropical Cristóbal, la tercera de la temporada de huracanes del Atlántico, se formó este martes cerca de la bahía de Campeche, en el Golfo de México, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) indicó en un informe especial que Cristóbal «mantendrá el temporal sobre El Salvador».
Añadió que existe la probabilidad de que estas lluvias generen la «caída de árboles y vallas publicitarias de diferentes dimensiones, bloqueando vías de acceso por humedad en el suelo, en municipios costeros y aledaños a la franja volcánica».
Además de mostrar nuevamente la vulnerabilidad del territorio salvadoreño a los fenómenos del clima, Amanda obligó a las autoridades a dividir sus esfuerzos en la atención al COVID-19 y a la emergencia por las lluvias.
