La fiscal general de Guatemala, Thelma Aldana, dijo el lunes que con los casos preliminares revelados sobre financiación electoral ilícita se está atacando «el corazón de la corrupción» guatemalteca.
«No deberíamos desviar nuestra atención (…). Hay que luchar porque nuestros partidos sean transparentes», dijo la fiscal en una rueda de prensa en la que volvió a mostrar su apoyo al jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Iván Velásquez, declarado «non grato» por el Gobierno del presidente Jimmy Morales.
La expulsión de Velásquez está en suspensión por decisión del Constitucional y sobre esto la fiscal dijo que hay que acatar las resoluciones judiciales y dijo que con base en eso analizará la situación, porque si el abogado colombiano se va ella renunciará.
Aldana recordaba con este argumento las palabras del comisionado en las que advertía que «la financiación electoral ilícita es el pecado original de la democracia guatemalteca», la puerta de entrada a «ese círculo vicioso de la corrupción, que ya no es el bien común, sino los intereses sectoriales y la perpetuación de la vieja clase política en el ejercicio del poder».
La financiación de los partidos políticos en Guatemala, un tema de debate desde tiempos inmemoriales, está dominada por los actos de corrupción y por las estructuras del crimen organizado, como el narcotráfico, según un informe de la CICIG publicado en 2015.
Las investigaciones preliminares sobre financiación electoral ilícita de la Fiscalía y la CICIG llevaron a ambas instituciones a pedir la semana pasada retirarle el fuero al presidente Jimmy Morales para que este pueda ser investigado por un presunto delito de financiación anónima durante la campaña que lo llevó al poder en el año 2015.