Nueva vuelta de tuerca en la crisis catalana. El gobierno español de Mariano Rajoy activó el segundo plazo, de 72 horas más, antes de «intervenir» en el control de la autonomía, si es que, para entonces, la Generalitat de Cataluña no «rectifica» y «vuelve a la legalidad».
El nuevo giro, considerado el final antes de una salida de choque, se produjo luego de que, esta mañana, el frágil gobierno de Carles Puigdemont optara por no responder claramente si había declarado o no la independencia de la región.
En una carta de dos páginas, el independentista censuró la represión policial del gobierno nacional y pidió una reunión con el presidente Rajoy. En ella pretendía establecer una «negociación sincera» con un plazo de «dos meses» para encontrar una salida a la crisis secesionista.
En una primera valoración, el gobierno de Madrid consideró «no válida» por «falta de claridad» la respuesta de Puigdemont, según anticipó el ministro de Justicia, Rafael Catalá.
Plazo final
Poco después, fue la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la que abundó en esa posición y dio plazo final hasta el jueves.
«El diálogo tiene que ser dentro de la legalidad», dijo la número dos del gobierno español. En su comparecencia, «lamentó» la opción elegida por Puigdemont y lo exhortó a reconsiderar.
«El será el responsable de lo que pase», subrayó Santamaría.
El próximo plazo vence el jueves a las 10 de la mañana. La Moncloa no fue sorprendida por la estrategia de Puigdemont. De hecho, no tardó más de 90 minutos en responderle.
Lo que está sobre la mesa es la aplicación del artículo 155 de la Constitución española, que habilita a Madrid a tomar control de una de las 17 autonomías que componen el país. En este caso, la catalana
Se trata de una medida inédita y que provoca mucha incertidumbre. No es sencillo tomar el control de una autonomía y llamar a elecciones. Las connotaciones y eventuales derivaciones no son desdeñables.
Con graves palabras, La Moncloa exhortó a volver al marco de la Constitución. «Prolongar esta situación de incertidumbre sólo favorece a aquellos que quieren liquidar la concordia cívica e imponer un proyecto radical y empobrecedor para Cataluña», sostuvo.
Las posiciones se tensan cada vez más. El consejero de Interior de Cataluña, Joaquim Form, anticipó que si la «oferta de diálogo no se atiende» el «próximo paso» será la declaración de la independencia de España.
Analistas consultados habían anticipado hoy la estrategia de Puigdemont y la opción por no responder con claridad qué es lo que había ocurrido.
«Lo que hará Puigdemont serña seguir mareando la perdiz. Seguir confundiendo», dijo a periodistas el ex ministro socialista y uno de los principales conocedores de la crisis catalana, Josep Borrell.
En una mañana sumamente tensa, en forma paralela, comparecen hoy ante la Justicia nacional el jefe de los Mossos d` Esquadra, la policía regional catalana, junto a lideres soberanistas, acusados por «sedición».
Sin uniforme, el mayor Josep Lluis Trapero ingresó a media mañana en la sede de la Audiencia Nacional. No está claro si en la jornada de hoy el fiscal podría pedir alguna medida cautelar contra los acusados.