El Puente de los Perros Suicidas: ¿por qué tantas mascotas saltan de un barranco?

by Redacción

«Estaba segura de que estaba muerta», dijo Lottie Mackinnon en voz baja.

Sentada en la esquina de una cafetería con sus dos hijos, Mackinnon bebía chocolate caliente mientras relataba sobre el día de hace tres años en el que salió a pasear con Bonnie, su perrita border collie, por el puente Overtoun en Dumbarton, Escocia.

«Algo se apoderó de Bonnie en cuanto nos acercamos al puente», dijo Mackinnon. «Primero se quedó perpleja, pero después una energía extraña la poseyó, corrió y saltó por el parapeto».

¿Un perro embrujado convencido de saltar de un puente por una fuerza malévola? Suena a una escena absurda sacada de un viejo episodio de La dimensión desconocida.Sin embargo, según insisten los escoceses, el perro de Mackinnon es uno de cientos que, desde la década de los cincuenta, de pronto se disponen a saltar de la estructura gótica de piedra. Muchos han terminado muertos, tendidos en las rocas escarpadas en el profundo fondo del valle que se encuentra debajo.

Algunos residentes locales se refieren al Overtoun como el Puente de los Perros Suicidas.(Sophie Gerrard for The New York Times)
Algunos residentes locales se refieren al Overtoun como el Puente de los Perros Suicidas.

Los residentes de Dumbarton, al noroeste de Glasgow, comenzaron a referirse a Overtoun, un puente de un siglo de antigüedad que se extiende a lo largo de un barranco de 15 metros, como el Puente de los Perros Suicidas.

Mackinnon, que creció en el pueblo vecino de Milton, se estremeció al recordar cuando bajó por el barranco entre árboles y arbustos, en la búsqueda desesperada de Bonnie. Sin embargo, cuando se acercó al cuerpo de la perrita, Bonnie comenzó a gemir y después trató de levantarse.

«Fue un milagro que haya sobrevivido», comentó.

En un lugar lleno de supersticiones, mitos y monstruos, el puente ha sido protagonista de un misterio sin resolver. ¿Por qué saltan de ahí tantos perros?

Los investigadores locales calculan que más de trescientos han saltado del puente; los reporteros de los tabloides dicen que se trata de seiscientos. Se dice que han muerto por lo menos cincuenta perros.

Algunos dicen que las explicaciones racionales están relacionadas con el terreno y los aromas de mamíferos en el barranco que quizá enloquecen a los perros.

“Después de once años de investigaciones, estoy convencido de que el responsable de todo esto es un fantasma”, dice Paul Owens, quien creció cerca de ahí y escribió un libro sobre el misterio. (Sophie Gerrard for The New York Times)
“Después de once años de investigaciones, estoy convencido de que el responsable de todo esto es un fantasma”, dice Paul Owens, quien creció cerca de ahí y escribió un libro sobre el misterio.

Otras explicaciones adoptan un tono más paranormal.

El lugar donde se encuentra el puente, silencioso, exuberante y a veces inmóvil, se ajusta a la descripción de lo que los celtas paganos llamaban un «lugar angosto», un sitio hipnótico donde coinciden el cielo y la Tierra.

«La gente en Dumbarton es muy supersticiosa», dijo Alastair Dutton, conductor local de taxi. «Crecimos jugando en la zona de Overtoun y creemos en fantasmas porque todos hemos visto o sentido a los espíritus de ahí».

Estos incidentes inspiraron un episodio de la serie estadounidense de televisión The Unexplained Files. Hay un libro dedicado a explorar este fenómeno.

Sin embargo, a pesar de toda esta atención, el misterio sigue sin resolverse.

A la distancia, parece que el ornamentado puente victoriano, construido en 1895, es tan solo una extensión de la entrada de una casona adyacente del siglo XIX construida en Dumbarton por James White, un magnate industrial.

Más cerca se pueden distinguir los tres arcos del puente que se extienden por encima de un riachuelo, el Overtoun Burn. En medio de los parapetos ennegrecidos de granito del puente, es fácil olvidar que el espacio de abajo llega hasta el fondo del barranco profundo.

En la casona cerca de ahí, el propietario actual, Bob Hill, dijo que él y su esposa habían visto varios perros que de pronto saltaban del puente desde que se mudaron a la propiedad, ahora llamada Overtoun House, hace más de diecisiete años.

Los lugareños crecieron escuchando historias sobre la Dama Blanca de Overtoun, un fantasma que, según rumores, acecha la zona. (Sophie Gerrard for The New York Times)
Los lugareños crecieron escuchando historias sobre la Dama Blanca de Overtoun, un fantasma que, según rumores, acecha la zona.

No obstante, Hill, un pastor originario de Texas que dirige un centro local para mujeres en crisis, tenía una explicación más terrenal: el olor de los pequeños animales que pasan por el barranco, abajo del puente, enloquece a los perros, y por eso se zafan de sus correas —si es que tienen— y saltan.

«Los perros detectan el aroma de los visones, las martas o algún otro mamífero, y después saltan en la losa del puente», comentó Hill. «Como es un tramo estrecho, simplemente caen de ahí».

Aun así, concedió, la zona de Overtoun es «más espiritual que otras partes».

«Escocia es un lugar donde hay muchas cosas sobrenaturales, y es algo muy común en la vida de la gente», agregó.

Paul Owens, profesor de Religión y Filosofía en Glasgow, creció en una ciudad cercana al puente y hace poco publicó un libro sobre el misterio. Cuando se trata de una explicación para los perros suicidas, se basa completamente en los fenómenos sobrenaturales.

«Después de once años de investigar, estoy convencido de que el responsable de todo esto es un fantasma», declaró, mientras estaba sentado afuera de un pub un día lluvioso en Glasgow.

La teoría de Owens es popular entre algunos de los residentes del lugar, quienes crecieron escuchando historias sobre la Dama Blanca de Overtoun, también conocida como la viuda que está en duelo por John White, el hijo de James.

«La dama vivió sola y guardó luto durante más de treinta años después de que murió su esposo en 1908», dijo Marion Murray, residente de Dumbarton. «Su fantasma ha estado acechando el lugar desde entonces. La han visto en ventanas y paseando por el lugar».

A pesar de todas las historias macabras, la zona del puente sigue siendo popular para pasear perros. (Sophie Gerrard for The New York Times)
A pesar de todas las historias macabras, la zona del puente sigue siendo popular para pasear perros.

En 2010, el conductista animal David Sands investigó el fenómeno y descartó la posibilidad de que los animales se suicidaran.

Sus experimentos en el puente hallaron que los perros —sobre todo las razas de hocico alargado— se sentían atraídos por el olor de los mamíferos que se encuentran abajo. Sands propuso que la limitada perspectiva de los perros, su ignorancia de que el camino cambia del nivel del suelo a un puente que se extiende por encima del barranco profundo y los olores que despide el aire quizá los animaban a saltar.

No obstante, incluso él reconoció que el puente tiene una «energía extraña».

Algunos residentes creen que su teoría es probable, pero muchos aquí aún adoptan la postura de que los saltos son inexplicables. Se preguntan por qué el fenómeno no ocurre de igual manera en otros puentes en el Reino Unido donde hay mamíferos abajo.

«Otros puentes no tienen espíritus afligidos que acechan el lugar», insistió Mackinnon sombríamente.

A pesar de su reputación macabra, la zona de Overtoun sigue siendo un área popular para pasear perros y muchos de ellos van sin correa.

«Muchas personas no creen en la historia hasta que ven ellos mismos lo que pasa, e incluso entonces no creen que les sucederá a ellos», dijo Hill, el pastor.

Un día, Emma Dunlop, quien dijo haber escuchado «las historias de terror», llevó a su labrador, Ginger, a pasear a Overtoun.

(Sophie Gerrard for The New York Times)

No dejó que saliera de su auto sino hasta que tuviera puesta la correa.

«Nunca ha tratado de saltar, pero a veces se detiene o vacila cuando sube al puente, así que siempre tengo cuidado», dijo.

Ginger saltó desde el auto, corrió hasta su ama y fue directo hacia el puente de Overtoun, cruzando sin más.

Pero después Ginger se detuvo, miró hacia atrás para ver algo en el puente, que parecía vacío.

«Sí, ahí está… la Dama Blanca», dijo Dunlop riendo, insinuando que Ginger había visto al fantasma del puente.

Después ambos continuaron el paseo.

Con información de New York Times

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