Las fibras vegetales, como el lino, el cáñamo o el coco, sustituirán el plástico en muchas cosas cotidianas y ya se utilizan para revestir el interior de coches y aviones, en las tablas de surf de nieve, en cuberterías sostenibles y en los billetes de dólar, entre otras utilidades.
Así lo han afirmado hoy los expertos que se han reunido en Barcelona en un encuentro internacional de investigación vegetal básica y aplicada al desarrollo de nuevos materiales sostenibles, convocado por B·Debat, Biocat y la Obra Social «la Caixa» y organizado por el Centro de Investigación en Agrigenòmica (CRAG).
Según los expertos, la investigación en plantas permitirá sustituir los plásticos derivados del petróleo por alternativas más sostenibles con el renombre de «industria verde», que busca en especias como el lino, el cáñamo y la fibra de coco sustitutos para reemplazar materiales contaminantes que se usan cada día.
El caso francés
El gobierno francés aprobó el 30 de agosto un decreto que prohíbe el uso de vajillas de plástico de un solo uso a partir del año 2020, cuando sólo se permitirán en Francia vajillas que contengan un mínimo de materiales biológicos o compostajes, como el almidón de maíz, de patata, el bambú o fibras y celulosa.
La sustitución del plástico es un reto porque el material proviene de recursos no renovables y es altamente contaminante al no ser biodegradable. Los expertos calculan que en los océanos de todo el mundo hay 270.000 toneladas métricas de desperdicios, que equivaldrían al camino que ocuparía una botella de plástico detrás de otra de aquí hasta la Luna ida y vuelta dos veces, según el Instituto 5 Gyres.
Marcar la diferencia
Además, los plásticos pueden afectar a la salud humana, ya que algunos productos químicos industriales contienen sustancias que pueden inferir con producción de hormonas y el metabolismo humano y afectar a la salud. En cambio, según han destacado los expertos, las fibras vegetales ofrecen ventajas ya durante la cadena de producción, porque las plantas eliminan dióxido de carbono (CO2).
Para producir un kilo de lino se utiliza cinco veces menos energía que para producir la misma cantidad de fibra de cristal, y además, la fibra de lino pesa la mitad que la fibra de cristal.
Según los expertos, entre las industrias que más se pueden beneficiar de estos avances destaca el sector automovilístico, que necesita materiales de alta calidad, y otros como la arquitectura o la decoración. De momento, la más desarrollada en Europa es la industria del lino, donde ya funciona toda la cadena de producción desde los productores hasta la manufactura.
En Catalunya
Durante el encuentro, los expertos han puesto como ejemplo algunos proyectos como el Traysrenew.eu, que quiere desarrollar una bandeja de pechuga de pollo hecha con material biodegradable, o SpuWaren, que es una de las primeras cuberterías de bioplástico que se lanzó al mercado, resistente a temperaturas altas y al paso de los días.
También el Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya (IAAC) ha creado bioplásticos a partir de restos de naranja, y otros compuestos orgánicos biodegradables y la empresa de Polinyà (Vallès Occidental) Nupik tiene una línea de platos y vasos biodegradables que respetan el medio ambiente, aunque de momento los vasos tienen la limitación de las temperatura y sólo se pueden utilizar para servir bebidas frías.