La historia de la política exterior de Estados Unidos está marcada por decisiones que han tenido profundas repercusiones en diferentes regiones del mundo. Dos de estos momentos críticos son el abandono de Nicaragua por parte de Jimmy Carter en 1979 y el reciente abandono de Ucrania por parte de Donald Trump en 2025.
En 1979, Nicaragua vivía una revolución que buscaba derrocar la dictadura de Anastasio Somoza Debayle. Jimmy Carter, presidente de Estados Unidos en ese momento, había adoptado una política exterior centrada en la defensa de los derechos humanos. Esta postura llevó a Carter a retirar el apoyo financiero y militar a Somoza, lo que facilitó el triunfo de la Revolución Sandinista. Sin embargo, la afinidad del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) con Cuba y la Unión Soviética generó desconfianza en la administración Carter, lo que resultó en una postura más cautelosa hacia el nuevo gobierno nicaragüense, para finalmente entregar parte del territorio centroamericano al comunismo internacional, permitiendo que Nicaragua fuera el polo de la Unión Soviética, a la par de Cuba, para desestabilizar el llamado “patio trasero” de los Estados Unidos, provocando cientos de miles de muertes en los conflictos revolucionarios en El Salvador y Guatemala.
En contraste, en 2025, Ucrania es víctima de un conflicto provocado por Rusia con la invasión militar que comenzó en 2022. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, había prometido un rápido fin a la guerra, pero su enfoque conciliador hacia Moscú, que tiene visos de complicidad y su confrontación con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenski han generado tensiones. La reciente decisión de Trump de pausar toda la ayuda militar a Ucrania después de una emboscada política que sufrió Zelenski en la Casa Blanca ha dejado a Ucrania en una posición vulnerable.
El abandono de Nicaragua por parte de Carter tuvo consecuencias significativas y graves para la región. La falta de apoyo estadounidense permitió que el FSLN consolidara su poder, pero también llevó a una guerra civil prolongada cuando la administración de Ronald Reagan comenzó a financiar a los contras, un grupo rebelde que buscaba derrocar al gobierno sandinista. Este conflicto devastó la economía y la sociedad nicaragüense durante las décadas de 1980 y 1990.
De manera similar, el abandono de Ucrania por parte de Trump ha generado incertidumbre y preocupación tanto en Ucrania como en sus aliados europeos. La pausa en la ayuda militar estadounidense ha debilitado la posición de Ucrania en el conflicto y ha generado dudas sobre el compromiso de Estados Unidos con la seguridad europea. Además, la confrontación pública entre Trump y Zelenski ha sido aprovechada por Rusia para reforzar su narrativa de que Ucrania no está dispuesta a negociar la paz.
Aunque los contextos y las circunstancias son diferentes, ambos eventos comparten similitudes en términos de sus implicaciones políticas y sociales. En ambos casos, la retirada del apoyo estadounidense estaría dejando a los países afectados en una posición vulnerable y generó en Nicaragua conflictos prolongados y en Ucrania un futuro incierto. Además, ambas decisiones tienen repercusiones significativas en la política exterior de Estados Unidos y en su relación con otros países.
En el contexto actual, el abandono de Ucrania por la administración Trump podría tener varias consecuencias significativas en diferentes ámbitos:
Consecuencias Geopolíticas
- Debilitamiento de la Alianza Occidental: La retirada del apoyo estadounidense podría debilitar la unidad de la OTAN y la alianza transatlántica, lo que podría incentivar a actores autoritarios como Rusia, China, Irán y Corea del Norte a adoptar posturas más agresivas.
- Reconfiguración de Esferas de Influencia: Rusia podría aprovechar la situación para expandir su influencia en Europa del Este, mientras que China podría reafirmar su presencia en la región Asia-Pacífico.
Consecuencias Económicas
- Impacto en la Economía Ucraniana: La falta de apoyo militar y financiero de Estados Unidos podría agravar la situación económica de Ucrania, dificultando su capacidad para resistir la agresión rusa.
- Aumento de la Inestabilidad Económica Global: La incertidumbre en Ucrania podría afectar los mercados internacionales y aumentar la volatilidad económica, especialmente en sectores como la energía y los minerales.
Consecuencias Humanitarias
- Agravamiento de la Crisis Humanitaria: La guerra ha causado una devastación inmensa en Ucrania, y la retirada del apoyo estadounidense podría empeorar la situación humanitaria, poniendo en riesgo millones de vidas.
- Desplazamiento de Poblaciones: La intensificación del conflicto podría llevar a un aumento en el número de refugiados y desplazados internos, generando una crisis humanitaria en la región y más allá.
Consecuencias Políticas
- Desconfianza en el Compromiso de EE.UU: La retirada del apoyo podría generar desconfianza entre los aliados de Estados Unidos, cuestionando su compromiso con la defensa de la democracia y la seguridad global.
- Fortalecimiento de Regímenes Autoritarios: La percepción de un debilitamiento de la unidad occidental podría alentar a regímenes autoritarios a actuar de manera más audaz, desafiando el orden internacional establecido.
La situación es compleja y multifacética, y las repercusiones podrían ser profundas y duraderas.
El abandono de Nicaragua por parte de Jimmy Carter y el abandono de Ucrania por parte de Donald Trump son ejemplos de cómo las decisiones de política exterior de la potencia norteamericana pueden tener profundas repercusiones en la estabilidad y el desarrollo de las naciones. Estos eventos subrayan la importancia de un compromiso constante y coherente en la política exterior de los poderosos para evitar consecuencias negativas a largo plazo.
