Donald Trump anunció formalmente que los EEUU reconocen a Jerusalén como la capital de Israel. «He decidido que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel», dijo el líder estadounidense desde la Casa Blanca, tras ordenar el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv y reivindicar «un nuevo enfoque» para el conflicto israelí-palestino.
«Jerusalén es el corazón de una de las democracia más exitosas del mundo. Esto no es más que un reconocimiento de la realidad, es algo que debe hacerse. EEUU apoya una solución de dos estados. Mientras tanto, pido a las partes respetar el status quo. Mi gobierno se compromete a buscar la paz. Y pido a los líderes políticos y religiosos de la región que se unan en esta búsqueda de la paz», declaró en un discurso muy esperado emitido en vivo.
Estados Unidos se convierte así en el único país del mundo que reconoce como capital de Israel a Jerusalén, donde ninguna nación tiene su embajada debido a que, tras la anexión israelí de la parte oriental de la ciudad en 1980, la ONU llamó a la comunidad internacional a retirar sus delegaciones de la Ciudad Santa. Los palestinos reclaman la parte oriental de la urbe (Jerusalén Este) como capital de su futuro Estado independiente.
El mandatario ordenó, además, que el Departamento de Estado comience el proceso para trasladar a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel, que ahora está en Tel Aviv. Ese proceso tardará al menos tres o cuatro años, según la Casa Blanca, porque es necesario construir un edificio lo suficientemente grande y seguro para acoger a las aproximadamente mil personas que trabajan en la legación estadounidense en el país.
Trump prometió que la embajada estadounidense en Jerusalén será «un tributo magnífico a la paz», y subrayó que su construcción cumple con lo ordenado por una ley de EE.UU. de 1995, que instaba a trasladar a la Ciudad Santa esa legación pero que los anteriores presidentes norteamericanos decidieron no implementar. «Después de más de dos décadas de posponer (la implementación de esa ley), no estamos más cerca de un acuerdo duradero de paz», señaló Trump, al asegurar que no tiene sentido pensar que «repetir la misma fórmula exacta» dará un resultado diferente.
El norteamericano llamó a la «calma, la tolerancia y la moderación» a todas las partes en Oriente Medio: «Es hora de que todas las naciones civilizadas (…) respondan a los temas que generan desacuerdo con debate, no violencia».
Mientras el premier israelí Benjamin Netanyahu calificó de «histórica» la declaración de Trump sobre Jerusalén, Egipto la rechazó en un comunicado en el que mostró su «gran preocupación por las posibles consecuencias» en la estabilidad de Oriente Medio.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron califica de «lamentable» la decisión y pidió «evitar a cualquier precio la violencia». Resaltó «el compromiso de Francia y Europa con la solución de los dos Estados, Israel y Palestina viviendo como vecinos en paz y seguridad en fronteras reconocidas internacionalmente con Jerusalén como capital de los dos Estados».
El gobierno británico también expresó su desacuerdo: «Discrepamos con la decisión estadounidense (…) Creemos que es de poca ayuda en lo que respecta a la perspectiva de paz en la región».
Para Turquía, la medida estadounidense es «irresponsable» e ilegal. «Condenamos la irresponsable declaración de la administración estadounidense… la decisión va contra la ley internacional e importantes resoluciones de Naciones Unidas», afirmó en Twitter el ministro turco de Relaciones exteriores, Mevlut Cavusoglu. Para Jordania, la medida norteamericana «es una violación del derecho internacional»
Para el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el estatus de Jerusalén debe ser decidido por una «negociación directa» entre israelíes y palestinos. «No hay alternativa a la solución de dos Estados», con «Jerusalén como capital de Israel y Palestina», agregó el jefe de Naciones Unidas.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erakat, declaró que Trump «destruyó» la llamada solución de dos Estados al anunciar el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, y «privó a Estados Unidos de cualquier papel» en el proceso de paz entre israelíes y palestinos.
Amenazante, el grupo terrorista Hamas aseguró que Trump «abrió las puertas del infierno».
El estatuto de Jerusalén es un asunto clave en el conflicto palestino-israelí, y ambas partes reivindican a esa ciudad como su capital. Israel reclama la ciudad entera como su capital indivisible, mientras que los palestinos aspiran a que el este de la ciudad sea la capital de su futuro Estado. El estatus de Jerusalén se encuentra entre los problemas más difíciles a resolver en el conflicto palestino-israelí.
Jerusalén, la ciudad tres veces santa
Conocida como la Ciudad Eterna, la de David o la de la Paz , Jerusalén fue destruida y reconstruida en varias oportunidades. Lugar sagrado para las tres religiones monoteístas, judíos cristianos y musulmanes se movilizan cada año para conocerla.
Para los judíos, Jerusalén es la encarnación del antiguo Israel, escenario de la gloria del rey David y sede del Templo de Salomón. Todos los judíos del mundo rezan mirando hacia Jerusalén.
Para los cristianos, es la ciudad donde Jesús pasó sus últimos días, escenario de la Última Cena, la Crucifixión y la Resurrección.
Para los musulmanes es Al Quds, «la Sagrada», el lugar donde Mahoma empieza su vida mística y asciende al cielo sobre su corcel. Es la tercera ciudad santa, después de La Meca y Medina. Con más de 3.000 años de historia, es una de las ciudades más antiguas del mundo.
En Israel sólo el 2% de la población practica las diferentes tendencias cristianas (ortodoxa griega, católica griega, católica romana, ortodoxa armenia, católica armenia, maronita, ortodoxa siria, católica siria, católica caldea y episcopal), explica la ONG Fuente Latina. La otra minoría es la musulmana, con un 17% de la población, incluyendo a los circasianos y beduinos. Finalmente, el 75,6% de la población es judía aunque no practique la religión.