Fue una noche de insomnio. Texas amaneció este sábado con cientos de miles de personas sin electricidad tras la llegada a tierra del huracán Harvey con categoría 4 y vientos de más de 200 kilómetros por hora. Tras tocar tierra, la intensidad del huracán bajó a categoría 1. Pero el peligro no ha pasado. Se prevé que deje varios días de lluvias torrenciales que provocarán inundaciones. Las autoridades advirtieron a la población que el peligro no ha pasado y urgieron al público a mantenerse informados.
Durante la noche del viernes y madrugada del sábado, una alerta tras otra mantuvieron despiertos a la mayoría de los residentes de Houston y sus suburbios. Tres advertencias de tornado forzaron a las familias a buscar resguardo dentro de sus hogares.
“Pasamos la noche en el closet de la casa”, cuenta Norma Ortega, residente de Katy, quien junto a su marido y dos hijos, vieron las horas pasar pendientes del avance de Harvey. “Yo no dormí nada. Sé que cada alerta de tornado significa que realmente está cerca. A tres kilómetros de mi casa hubo un tornado. A 30 minutos de acá hay daños en viviendas. Somos muy afortunados de que no nos haya ocurrido nada”, dijo a periodistas.
Ortega siguió los múltiples avisos de autoridades locales, entre ellas permanecer alejados de las ventanas, tener comida y agua almacenada para varios días, medicamentos, linternas y pilas, para sobrellevar la ausencia de servicios básicos.
El huracán Harvey es la tormenta más poderosa que ha llegado a Texas desde 1961 y el huracán más potente en llegar a territorio de EE UU desde Wilma en 2005. La noche del viernes, tocó tierra cerca de Rockport, a 45 kilómetros al norte de Corpus Christi. En las zonas costeras y la ciudad de Corpus Christi, el huracán provocó cortes de luz, dañó edificios e inundaciones.
Los medios locales detallan este sábado que hubo cientos de llamadas de emergencia por caídas de muros y techos. Autoridades locales en Rockport indicaron que más de 5.000 residentes permanecieron en sus hogares a pesar de la evacuación obligatoria. El viernes, el alcalde hizo unas dramáticas declaraciones en las que dijo que aquellos que no se fueran de la zona debían “escribir su nombre y su número de Seguridad Social en el brazo con un rotulador” para cuando encontraran sus cadáveres.
Según informaron medios locales, la mañana de este sábado se produjeron los primeros rescates de personas atrapadas en un centro de ancianos de Rockport, un edificio en el que el techo fue destruido. Los heridos fueron llevados a un hospital improvisado que fue instalado en una cárcel local para ser evaluados y tratados.
“Tenemos devastación generalizada” dijo el alcalde de la ciudad, Charles Wax. Hasta la mañana del sábado no se había confirmado muertes asociadas a la tormenta.
El alcalde de Corpus Christi, Joe McComb, aseguró que están evaluando los daños de la tormenta y explicó que hubo daños en la planta de tratamiento de agua de la ciudad. Está pidiendo a los residentes que hiervan el agua antes de beberla.
Según el Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT), más de 293.000 personas están sin electricidad.
El Centro Nacional de Huracanes anticipó daños catastróficos por inundaciones durante los próximos días. Durante la mañana del sábado el Servicio Nacional de Meteorología emitió diversas advertencias de lluvias intensas para Houston y sus suburbios.
El gobernador de Texas Greg Abbott anunció el viernes por la noche que el Presidente Donald Trump y la Agencia Federal para Manejo de Emergencias (FEMA) han aprobado la declaración de desastre para el estado, una medida que libera fondos federales para asistencia a Texas.
En varias de las ciudades principales del estado continúa lloviendo y la previsión es que sigua así durante días. En el condado de Fort Bend en Houston ya se han registrado 22 centímetros de lluvia desde el inicio de la tormenta, mientras varios ríos y lagos continúan subiendo sus niveles.
El Servicio Nacional de Meteorología tiene alertas de lluvias intensas para 16 condados en Texas, incluyendo los más grandes como Harris y Austin. También han anticipado que Harvey dejará entre 38 y 88 centímetros de agua. El director de FEMA, Brock Long, envió un mensaje el sábado por Twitter donde dijo que “Harvey se está convirtiendo en un evento mortal en tierra”.
La previsión del Centro Nacional de Huracanes afirma en su comunicado de las 10 de la mañana del sábado que la cantidad de lluvia que va a dejar Harvey «va a causar inundaciones catastróficas y que suponen una amenaza para la vida».
Las autoridades locales están pidiendo a los residentes de Texas que se mantengan alerta y advirtieron que los efectos del huracán durarán por varios días y serán devastadores. “La amenaza de Harvey es extrema y los texanos deben continuar pendientes de las alertas de funcionarios locales y de emergencia”, dijo el senador del estado John Cornyn.
Después de haber bajado a categoría 1 con vientos de más de 140 kilómetros por hora. Funcionarios locales aseguraron que la tormenta sigue siendo “altamente destructiva”.