Las deportaciones a El Salvador, principalmente desde México y Estados Unidos, alcanzaron a la primera semana de octubre su punto más bajo en el 2017 al registrar un descenso de 44,9 %, respecto al 2016, de acuerdo con información oficial.
Los datos de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) dan cuenta de que hasta el 3 de octubre pasado fueron retornados 8.535 salvadoreños desde México, 12.338 de Estados Unidos y 37 de otros países.
La fuente detalló que estas 20.910 deportaciones representan una disminución de 44,9 %, poco más de 17.000 retornados menos que en el año 2016, sin dar explicaciones sobre las circunstancias que han desencadenado la marcada baja.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre las causas que han propiciado la caída en las deportaciones en los últimos meses está la disminución del número de centroamericanos tratando de llegar a Estados Unidos.
El oficial de información de la OIM para El Salvador, Honduras y Guatemala, David Morales, dijo en rueda de prensa a mediados de julio pasado que el discurso antiinmigrante del presidente de EE.UU., Donald Trump, ha llevado a las familias con deseos o necesidad de ingresar al país norteamericano a «esperar» o «posponer» su partida.
Sin embargo, según expertos, la política de deportaciones de la administración Trump ha focalizado la deportación de salvadoreños para delincuentes y no para los ilegales que respetan las leyes norteamericanas.
El Salvador está a la espera de que la Administración decida el futuro migratorio de unos 190.000 salvadoreños amparados por el Estatus de Protección Temporal (TPS), que vence en marzo de 2018 y cuya prórroga ha solicitado la nación centroamericana.
Los 2,8 millones de salvadoreños que viven en Estados Unidos enviaron a El Salvador en 2016 un total de 4.576 millones de dólares en remesas, la cifra más alta en la historia del país centroamericano y que representa el 17,1 % de su producto interno bruto (PIB).