De Londres a Nueva York ¿en 29 minutos?

by Redacción

Tomar una nave impulsada por un cohete para viajar al otro lado del mundo suena a una posibilidad lejana.

Pero para el multimillonario y emprendedor Elon Musk cree que se podrá hacer dentro de poco tiempo.

Unos siete años, según su última presentación realizada en el Congreso Internacional de Astronáutica celebrado en Adelaida, Australia.

Musk mostró los avances de su plan revelado el año pasado en México que tiene como objetivo que para 2024 comience la colonización de Marte con el desarrollo del cohete Big Falcon Rocket (BFR).

Este vehículo de gran capacidad también permitiría hacer viajes dentro de nuestro planeta en un corto tiempo.

«La mayor parte de los viajes que la gente considera de larga distancia podrían completarse en menos de una media hora», dijo Musk a la audiencia en Adelaida.

Un viaje de Londres a Nueva York, que toma 7 horas en avión, con este cohete de su compañía aeroespacial Space X sería posible hacerlo en 29 minutos.

Musk cree que el desarrollo de un cohete interplanetario puede ser empleado para los viajes dentro de la Tierra.

En cuanto a la llegada a Marte, Musk espera que el BFR lo logre en 2024, mientras que la agencia espacial estadounidense NASA espera llevar a un ser humano a ese planeta una década después.

Recorrer la distancia de 224 millones de kilómetros entre la Tierra y Marte tomaría poco más de dos meses, según los ambiciosos cálculos de Musk y Space X.

El avance del BFR

Luego de la presentación de su plan en 2016, el avance que compartió Musk este año fue que sus diseñadores idearon la forma de reducir las dimensiones del BFR.

Tendría unos 106metros de altura, menos de los 122 metros pensados el año pasado, y en la cabina podrían viajar unas 100 personas.

Musk dijo que Space X ha decidido concentrarse solo en el BFR, para aprovechar mejor sus recursos.

El Sistema de Transporte Interplanetario sería puesto a prueba en un primer viaje a Marte sin tripulación en 2022.

«Deseamos tener un solo sistema. Si podemos hacerlo, entonces todos nuestros recursos se podrán aplicar a este mismo sistema», dijo.

Sabe que este tipo de proyectos generan desconfianza entre sus posibles viajeros, tanto en la Tierra como con destino a Marte.

«Algunos de nuestros clientes son cautos y quieren ver volar el BFR varias veces antes de sentirse cómodos con ser lanzados en él», dijo Musk.

Reutilizar

Además de ser el presidente y jefe de diseño de SpaceX, Musk también fundó la compañía de coches eléctricos Tesla y dirige SolarCity, empresa especializada en tecnologías de energías renovables, como las baterías gran almacenamiento.

Se ha ganado la admiración de aquellos que aman su pensamiento visionario, dice el corresponsal de ciencia de la BBC Jonathan Amos.

Mientras que Space X cree que la colonización de Marte puede comenzar en 2024, la NASA lo cree posible una década después.

A pesar de que sus promesas a menudo han tomado más tiempo de lo esperado, ha logrado una serie de notables adelantos.

Entre ellos están una cadena de 16 aterrizajes de cohetes orbitales que regresan a la Tierra de forma exitosa.

Dos de estos cohetes incluso han volado una segunda vez.

La clave de su pensamiento es el concepto de reutilización, pues siempre ha dicho que la actividad espacial actual es costosa porque se usan vehículos desechables.

«Bajo su perspectiva, no hay ninguna razón por la cual los sistemas de cohetes no se pueden operar como aviones, donde el costo más alto es el combustible en los tanques», dice Amos.

Su cohete Falcon 9 es parcialmente reutilizable, mientras que espera que el BFR sea totalmente reutilizable. El mismo vehículo volaría una y otra vez.

«Esto es lo que hace»

Musk reconoce que sus ambiciosos plazos a veces no resultan.

Como relata el periodista Jonathan Amos, cuando Musk mostró una diapositiva en Adelaida indicando que el primer viaje (sin humanos a bordo) de la nave BFR iría a Marte en 2022, bromeó: «Eso no es un error tipográfico, aunque es una aspiración».

El objetivo de Space X es que sus cohetes sean reutilizables, lo que reduce los altos costos de la industria aeroespacial.

Sus muchos fans en la audiencia celebraron la presentación, pero sus numerosos clientes tomaron con sorpresa la noticia de que SpaceX comenzaría a desviar sus energías hacia el nuevo sistema de cohetes.

El profesor Alan Duffy, del Centro de Astrofísica y Supercomputación de la Universidad Tecnológica de Swinburne (Melbourne, Australia) estaba en la audiencia de 4.000 personas.

«Este es el SpaceX de Elon Musk. Esto es lo que hace», dijo a la BBC.

«Lo que me gusta de SpaceX – por lo cual los científicos e ingenieros de todo el mundo están dispuestos a creer en este proyecto- es que hace cosas rentables en cada etapa de su camino», opina.

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