El ex militar bosniocroata Slobodan Praljak, de 72 años, causó una enorme confusión en La Haya al beber veneno en medio del juicio en el que se lo acusa de crímenes de Guerra durante el conflicto entre 1992 y 1995 en Bosnia-Herzegovina, tras lo cual murió.
El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) acababa de rechazar su apelación, confirmando una sentencia de 20 años de prisión, cuando Praljak se paró, dijo que tenía veneno y gritó «Praljak no es un criminal, rechazo su veredicto».
El juez Carmel Agius le pidió que no lo hiciera, pero el bosniocroata aún así bebió un líquido de una pequeña botella que llevaba consigo.
Ante la dramática situación su abogado confirmó: «Mi cliente dice que ha tomado veneno».
El proceso fue detenido de inmediato y una ambulancia se llevó al acusado, según observaron reporteros de AFP, a un hospital en el que recibió atención médica. Pero tiempo después medios croatas reportaron que el ex teniente general del ejército croata había muerto.
Praljak estaba acusado de asesinato, deportación, maltrato de civiles, violaciones y apropiación de bienes, entre otros cargos, cometidos por sus tropas en la guerra, y específicamente de ordenar la destrucción del puente Stari Most en la ciudad de Mostar en 1993, lo que causó un «daño desproporcionado a la población musulmana», según explicó el periódico británico The Guardian.
El puente, construido por el Imperio Otomano en 1566, cortó el acceso a una ciudad que vio lo peor de los combates entre los bosnios musulmanes, o bosniaks, y los croatas, y al final de la guerra había sido destruida en un 80%. Además, su destrucción ha sido descrita como un ataque deliberado a la identidad cultural de los bosniak.
Este miércoles el TPIY rechazó su apelación y la de otros cinco militares y políticos bosniocroatas, entre los que destaca el primer ministro de la fallida República Croata de Herzeg-Bosnia Jadranko Prlic, condenados en 2013 por perseguir, expulsar y asesinar a la población musulmana durante la guerra civil en Bosnia-Herzegovina.
Croatas, bosniaks y serbios entraron en guerra en 1992 en el territorio de Bosnia Herzegovina, uno de los países resultantes del desmembramiento de Yugoslavia. Inicialmente los croatas y bosniaks se aliaron contra la República de Srpska fundada por los serbios, pero luego también hubo conflictos entre los aliados.
De cualquiera manera durante la guerra hubo numerosos casos de «limpieza étnica» encarada en diferentes momentos tanto por los croatas y los serbios contra la población musulmana, que sufrió una cantidad de muertos civiles desproporcionada.
La semana pasada el TPIY condenó a cadena perpetua a Ratko Mladic, general serbobosnio que, en la facción contraria a los croatas durante la guerra civil, también encaró una campaña de asesinato contra los bosniaks que se saldó con casi 9.000 muertos.
Tras el incidente de Praljak el TPIY suspendió temporalmente las sesiones, aunque poco tiempo después retomó sus funciones y la corte continuaba leyendo las sentencias para los restantes bosniocroatas acusados.