El presidente de la República, Nayib Bukele, anunció el jueves que dentro de los primeros 100 días de su gobierno se realizará el lanzamiento oficial de un organismo similar a la CICIG de Guatemala para combatir la corrupción en El Salvador.
Lo anunció Bukele precisamente en la víspera de que la CICIG del hermano país cesa en sus funciones a pesar de que con su trabajo logró llevar a la cárcel a un presidente y una vicepresidenta acusados de corrupción.
“La CICIES será una realidad en nuestro país. Los que robaron y evitaron el desarrollo de El Salvador van a rendir cuentas. Vamos por los corruptos y los corruptores. Presidente @nayibbukele, estamos listos”, expresó el vicepresidente Ulloa en Twitter.
Compartimos la visión de urgencia que tanto el presidente Bukele como su vice, Félix Ulloa, tienen para combatir la impunidad en El Salvador, pero no dejamos de ser un tanto pesimistas. Una CICIES fuerte y efectiva solo sería posible con una Fiscalía fuerte y efectiva, en el estricto sentido de la palabra, que lidere el combate a la corrupción mediante la investigación científica y la idoneidad de sus miembros.
Ulloa es un hombre bien intencionado pero hasta ahora no ha explicado suficientemente si se trata de un organismo dependiente del Órgano Ejecutivo o si se trata de una estructura similar a la CICIG de Guatemala. Decimos esto porque los alcances de los propósitos que expone Ulloa son muy grandes; algo así como decir que se va desaparecer el hambre y la miseria del planeta tierra.
No son exageraciones nuestras. La corrupción tiene muchas aristas; la hay política, económica, social, religiosa y moral. No estamos de hablando de cuánto valen los frijoles, el maíz o el azúcar, sino de cuánto vale una resolución judicial, de cuánto vale el voto de un diputado en la Asamblea Legislativa o el de un magistrado de Cámara o de Corte.
Estamos hablando de cuánto puede valer una estructura criminal en la que haya políticos, jueces, fiscales, policías, empresarios, periodistas, ordenanzas y personas que realizan labores de limpieza en lugares clave de inteligencia.
Cuánto cree Ulloa que pagarían los interesados en que se sigan publicando en los medios de comunicación los famosos edictos judiciales o “avisos” que, excepto el interesado, nadie ve porque se publican en tipos de letra casi invisible y que en realidad es un verdadero fraude de ley. Cuánto hay que pagar en este país para que a uno lo entierren dignamente.
La necesidad de un organismo independiente que colabore con el Estado en la investigación del delito se ha hecho más evidente a partir de las denuncias de que el fiscal general, Raul Melara, por más esfuerzos que haga, no ha podido desarticular la red del crimen organizado que dejó Douglas Meléndez y que supuestamente continúa operando en la Fiscalía General de la República (FGR).
Existen denuncias muy serias sobre la existencia de un grupo vinculado al crimen organizado que dejó Meléndez en la FGR; se han hecho públicas las denuncias respecto a la “fabricación” de casos como el Saqueo Público, Rais-Martínez, Chepe Diablo, Corruptela; donde se han publicado pruebas incuestionables, una de ellas, los fiscales auxiliares y empleados administrativos que declararon en sede fiscal y en sede judicial, haber mentido obligados por el ex fiscal Douglas Meléndez y otros fiscales auxiliares que supuestamente siguen manipulando los juicios desde la misma Fiscalía. Va un organismo como el supuesto CICIES a confiar en una Fiscalía que no aclara estos hechos? !!Claro que no!!
La Fiscalía General de la República no puede estar en un segundo o tercer plano. Es el más importante instrumento investigativo del Estado y cualquier organismo que se cree con esos fines deberá estar forzosamente sometido a su fuero; de ahí que los casos mencionados, al menos el de la corruptela y el de Rais-Martínez, deben ser resueltos con la premura del caso. El fiscal Melara tiene la palabra, ahora debe tener la escoba y limpiar su casa antes que otro quiera hacerlo.
La oferta de la cicies en nuestro país debe ser más precisa, ir al toro por los cuernos y sobre todo debe ser clara en sus propósitos y procedimientos; de no ser así, sería un organismo muerto mucho antes de nacer.