La canciller de la República, Alexandra Hill, insistió el lunes en que El Salvador «no se ha convertido en un tercer país seguro» para migrantes que buscan refugio, tras firmar un acuerdo migratorio con Estados Unidos.
Hill y el secretario interino de Seguridad Nacional de EE.UU., Kevin McAleenan, firmaron a mediados de septiembre un denominado «acuerdo cooperativo de asilo».
McAleenan señaló en una conferencia de prensa, sin aludir el concepto de «tercer país seguro», que el acuerdo puede llegar a usarse para que los migrantes irregulares de camino a EE.UU. busquen protección en El Salvador.
Sin embargo, la canciller Hill dijo a periodistas, luego de una reunión con diputados de la Asamblea Legislativa, que el convenio con el país norteamericano «busca fortalecer la protección para nuestros migrantes en temas de seguridad y no violación a derechos humanos».
La titular del Ministerio de Relaciones Exteriores señaló que «las condiciones (migratorias) de Honduras, Guatemala y México son totalmente diferentes a las del país (El Salvador), porque por nuestras fronteras pasa un flujo de personas mínimo».
«No podemos comparar nuestra situación con la que vive Honduras, Guatemala o México, por eso el acuerdo (con EE.UU.) no es de tercer país seguro, sino que es un acuerdo de fortalecimiento para la protección de nuestros migrantes en temas de seguridad, de no violación de derechos y de cómo El Salvador puede ayudar a este grupo mínimo de personas que pasa por el país», manifestó.
Hill indicó que, tras la firma del acuerdo migratorio, «el siguiente paso con EE.UU. es desarrollar y negociar un plan de trabajo entre ambas naciones», del que no brindó detalles.
El Salvador, Guatemala y Honduras firmaron con el Gobierno de Donald Trump un acuerdo migratorio con el que se busca atajar la migración irregular desde Centroamérica.
De acuerdo con un sondeo elaborado por el Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la privada Universidad Francisco Gavidia, la mayoría de los salvadoreños prevé que los flujos de migración irregular continúen pese a los planes del Ejecutivo de Nayib Bukele, que cuentan con el apoyo de EE.UU. y México.
La encuesta indica que el 61,9 % de la población opina que el Gobierno de Bukele no detendrá este fenómeno y el 36,8 % espera que logre frenarlo.