Canciller de El Salvador demanda pruebas de muerte de migrante por COVID-19 en manos de EE.UU.

by Redacción

La Canciller de El Salvador, Alexandra Hill Tinoco, solicitó a Estados Unidos «evidencias» de la muerte de un salvadoreño en un centro de detenciones en California, informó la Cancillería del país centroamericano.

La fuente, que no confirmó la identidad de la víctima, indicó que el salvadoreño se encontraba «bajo custodia» del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por su siglas en inglés) en el centro de detención de Otay Mesa, California.

«El consulado de El Salvador en Los Ángeles ha brindado el acompañamiento requerido a la familia del fallecido y ha enviado una nota formal al ICE en la que solicita las evidencias relacionadas con este caso», indicó la Cancillería salvadoreña en un comunicado.

Añadió que la representación diplomática en el país norteamericano también «se encuentra indagando» si hay más salvadoreños «en dicho centro de detención que estén en riesgo de contagio».

De acuerdo con la cartera de Relaciones Exteriores de El Salvador, el fallecido era originario de la localidad oriental de Usulután y vivía desde 1980 en Estados Unidos, donde fue detenido el pasado 3 de enero por «diferentes cargos penales».

Añadió que «fue atendido de manera oportuna», se trasladó a un hospital tras presentar los síntomas del COVID-19 y también lo atendieron por «otras enfermedades crónicas».

La organización comunitaria Pueblo Sin Fronteras confirmó a periodistas que el fallecido es Carlos Ernesto Escobar Mejía, de 57 años, quien participó en la huelga de hambre que los inmigrantes detenidos efectuaron para que se les garantizaran medidas de seguridad sanitaria.

Escobar sufría de diabetes y llegó a EE.UU. junto con su madre y sus cuatro hermanos, y era el único de la familia que no había podido legalizarse, según información recogida por el periódico Los Angeles Times.

Periodistas solicitaron información sobre el deceso en repetidas ocasiones al ICE pero la agencia se ha negado a contestar.

Esta es la primera muerte a causa del coronavirus en un centro de detención de inmigrantes y augura ser el inicio de una tragedia mayor que acabará con la vida de muchos indocumentados encerrados en una «trampa mortal» si no se toman medidas inmediatamente, advierten expertos.

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