«La música latinoamericana representa ahora el ‘cutting egde’ (de vanguardia). Ahora hasta los más ‘cutting edge’ de la música, que son los negros americanos, están copiando a la música latina. Eso no pasaba desde los años 50», explica en entrevista con Efe el cantautor colombiano Jorge Villamizar, líder vocal de Bacilos.
Villamizar recuerda que cuando la banda se creó a mediados de la década de 1990 «la mayoría de la gente del mundo del pop que no estaban en la salsa y el merengue, que era lo que estaba de moda en esa época, querían ser ingleses», gracias a la influencia y éxito del denominado Britpop encabezado por bandas como Oasis o Blur.
«Bacilos se alimentaba más bien de lo que estaba pasando en América Latina», agregó el músico, que destaca que les ha resultado muy grato ser reconocidos como estandarte de la música latina hecha por hispanos en Estados Unidos.
«Seguimos buscando esa fusión de lo que traemos los latinos que vivimos acá», indicó José Javier Freire. «Nosotros siempre hemos sido fieles a esa misión. Desde el principio».
En ese sentido, en su próximo disco, el quinto como banda y del que no tienen todavía fecha de publicación y título, el grupo radicado en Miami promete seguir haciendo lo que les hizo populares: «La música que somos y que nos cae bien, incluyendo el reguetón, es lo que hace mover al mundo hoy en día».
Ante este clima de relevancia musical de los ritmos latinos, Villamizar, con sus compañeros André Lópes y José Javier (JJ) Freire, decidieron retomar su proyecto de Bacilos, después de una separación de diez años en la que todos tomaron diferentes caminos.
El colombiano mantuvo una carrera dual como solista y compositor de otros artistas, que le llevó a firmar la icónica canción «Yo no sé mañana», popularizada por el cantante nicaragüense Luis Enrique, entre otras.
Lópes se retiró de la música y se dedicó a su empresa familiar en el sur de su Brasil natal, mientras que el puertorriqueño Freire siguió produciendo y explorando su pasión por la percusión y creó una agrupación llamada Zona de Bomba, dedicada a explorar ese género musical puertorriqueño.
A diferencia de otros artistas, a los cuales un retorno musical les encuentra cerca del punto de partida inicial, los integrantes de Bacilos reconocen que el público les ha recibido con un entusiasmo que les emociona y que no solo les ha sorprendido a ellos, sino a sus familias.
«Mis hijos sabían que yo hacía música y que había estado en una banda, pero cuando me vieron con guardaespaldas, en el escenario con tanta gente gritando no lo podían creer», cuenta Lópes.
Su primer sencillo, «Por hacerme el bueno», con el que quisieron tantear el terreno, fue presentado en el último Festival de Viña del Mar, en Chile, donde precisamente en 2007 habían cerrado su primera etapa como trío.
El tema mantiene la fusión de ritmos latinoamericanos que les caracterizó desde sus inicios y les permitió ganar seis Grammys, entre los que se destacan el Grammy de 2003 por su disco «Caraluna».
También recibieron Latin Grammys, dos con sus discos «Caraluna» y «Sin Vergüenza» (2005) y por su tema «Mi primer millón».
Pero todo ha cambiado desde entonces y el propio Lópes reconoce que es «impresionante lo rápido que se mueve todo hoy en día».
«Antes se tardaban semanas y hasta meses en hacer un tema conocido. Hoy es cuestión de días. Hasta horas gracias a las redes sociales», indica.
Los planes revelan un fin de año y un 2018 agitado, como en las mejores épocas de Bacilos. Los próximos meses estarán dedicados a algunas presentaciones, como en los Latin Grammys, que se entregan el 16 de noviembre en Las Vegas, y dos conciertos en América Latina, el 5 de noviembre tocarán en San Salvador y el 7 de diciembre en Panamá.
Luego harán una gira, que según asomaron, está prácticamente organizada y que viene a demostrar el interés sobre esta nueva etapa, en la que trabajan con los representantes de Maluma, Carlos Vives, Fito Páez, Charlie Zaá y Silvestre Dangond, Walter Kolm y José Puig.