La mayor fuerza política de El Salvador, en oposición, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), criticó al presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, por el respaldo que dio recientemente a su homólogo nicaragüense Daniel Ortega.
«Arena considera que el respaldo del presidente Sánchez Cerén al Gobierno nicaragüense no es el más acertado y no es coherente con la posición de la comunidad internacional que busca la paz en Nicaragua», señaló la formación en un comunicado.
Señaló que la crisis que vive el país centroamericano ha generado «luto y dolor», por lo que «es urgente que cese la violencia e inicie a la mayor brevedad posible un proceso de pacificación que busque reconciliar a la sociedad nicaragüense».
«Arena pide que se respeten las libertades individuales, la libertad de expresión y el derecho a la vida, principios básicos para que la democracia retorne a Nicaragua», sostuvo el partido político.
Sánchez Cerén dio su respaldo al Gobierno de Daniel Ortega durante el Foro de Sao Paulo, posición que asumieron la mayoría de un puñado de líderes latinoamericanos de izquierda que se reunieron en La Habana.
«Nos solidarizamos también con el Gobierno y el pueblo de la hermana Nicaragua ante los intentos desestabilizadores para alterar el orden constitucional, derrocar por la fuerza al Gobierno legítimamente electo y arrebatar a la población los grandes avances sociales y económicos», dijo Sánchez Ceren en su intervención, sin importarle al menos 300 personas asesinadas por el régimen y miles de desaparecidos por las fuerzas paramilitares del andinismo que obedece a Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
Creado en los años 90 por iniciativa del fallecido líder cubano Fidel Castro (1926-2016) y el encarcelado por corrupción expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, como dirigente del Partido de los Trabajadores de Brasil, el Foro de Sao Paulo fue concebido como un espacio de concertación política de la izquierda.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta de su historia en tiempos de paz y que ha dejado más de 350 muertos, según organismos humanitarios. Muchos más de los que en su momento asesinó el régimen de Anastasio Somoza, que fue derrocado por los sandinistas liderados por Ortega y señora.
Las protestas contra Ortega se iniciaron el 18 de abril, por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
