Al menos 17 cancilleres de América condenaron el martes la «ruptura del orden democrático» en Venezuela tras la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente y dijeron que no reconocerán los actos que emanen de ese organismo.
En la llamada «Declaración de Lima», de 16 puntos, los diplomáticos de la región además cuestionaron «la violación sistemática» de los derechos humanos así como de las libertades fundamentales y la existencia de presos políticos en el país petrolero.
La declaración se produjo tras la cita de los cancilleres y representantes de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú para explorar formas de contribuir «a la restauración de la democracia» en Venezuela.
Por su parte, el próximo a ser dictador, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, propuso un «diálogo regional» con los países de Latinoamérica que le acusan de una «ruptura» de la democracia y desconocen su Asamblea Constituyente.
Maduro hizo el planteamiento en Caracas durante una reunión de cancilleres del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de América), grupo de gobiernos aliados del mandatario entre los que figuran Cuba, El Salvador, Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
«La derecha continental rompió las reglas de juego y la convivencia. Yo creo que hace falta un diálogo regional y propongo al ALBA (…) que iniciemos un diálogo por el respeto de Venezuela», expresó el gobernante, enfrentado a protestas opositoras que dejan más de 140 muertos en cuatro meses.
«Que se inicie un diálogo con México, Colombia, Argentina, no sé si Brasil porque allí no hay gobierno legítimo, Chile, Paraguay, con un punto único: restituir las normas de respeto al derecho internacional», agregó Maduro.